El nuevo gobierno italiano que encabeza el primer ministro Giovanni Conte, ganó este miércoles 5 de junio el voto de confianza tanto del Senado como de la Cámara de Diputados. En sus discursos programáticos, Conte anunció una política exterior amistosa hacia Rusia y propondrá una legislación para separar la banca comercial de la banca de inversión (al estilo de la ley Glass-Steagall de Franklin Roosevelt) para terminar con el dominio de la mentada “banca universal”. Esta es la primera vez en que un gobierno occidental hace una propuesta como esa en el parlamento.

  “Tenemos una conciencia madura y la evaluación, que está contenida en el contrato [de la coalición de gobierno], de que tenemos que distinguir, que es oportuno distinguir entre los bancos que emiten crédito y sobre todo que están ligados a la comunidad, y los bancos de inversión que son más dados a la especulación”, dijo Conte el miércoles 6 en su discurso de respuesta ante la Cámara de Diputados.

  “Con relación a los escenarios internacionales, los mercados y la seguridad, queremos reiterar y confirmar de manera preliminar nuestra membresía en la alianza atlántica y con Estados Unidos de América como aliados privilegiados. Pero, ¡cuidado! Vamos a impulsar una apertura hacia Rusia, una Rusia que ha consolidado en los últimos años su papel internacional en varias crisis geopolíticas. Vamos a promover una revisión del sistema de sanciones, comenzando con las que amenazan con humillar a la sociedad civil rusa”.

 Por otro lado, Conte prometió aumentar los menores ingresos y las pensiones, y crear empleos, pero fue ambiguo en lo tocante a la infraestructura, pues no planteó ningún proyecto específico, e insistió en la economía verde, una economía compartida, una economía azul, circular, descarbonizada, y toda las herramientas del ambientalismo.