16/Apr/2024
Editoriales

El sentido de la culpa

 

En una pequeña población de Polonia vivía un rabino que festejaba sus 80 años de vida.

 La comunidad judía decidió obsequiarle vino pues conocía su gusto por esta bebida. Así que instalaron un tonel vacío en el desván de la casa del rabino y se corrió la voz de que cada uno debía verter una o dos botellas de vino para el mencionado obsequio.

 Sin embargo, la situación económica estaba complicada, así que la gente –en lo individual- pensó verter agua en vez de vino al tonel y así el rabino no sabría quien sí y quien no le hizo el regalo acordado.

 Cuando el rabino fue a sacar vino del tonel vio con decepción que todo el supuesto vino era sólo agua.

A pesar de que él sabía de la pobreza que imperaba en su comunidad, los convocó a la sinagoga y dijo:

 _Les agradezco el generoso regalo que me hicieron, sin embargo, entiendo que uno de ustedes, del que prefiero callar su nombre, no ha aportado aún su contribución para mi regalo. Debe saber este amigo mío que no es demasiado tarde, puede depositar frente a mi puerta tres botellas de vino…

Esa tarde fueron muchos los que despistadamente pasaron frente a la puerta de la casa del rabino y le dejaron tres botellas de vino…

 

  Cuento judío. Versión libre mía.