24/Apr/2024
Editoriales

Los simpáticos argentinos

El pasado 26 de noviembre se enfrentaron los equipos representativos de México y Argentina en el estadio Lusail de Qatar, con un resultado horrible para los nuestros, pues los pibes de Scaloni le zumbaron dos goles -uno de Messi, y otro de Enzo-, mientras de acá para allá no hubo ni aproximaciones reales.

Ciertamente entrambos países siempre ha existido buena relación, y a primera vista México supera a Argentina en: población (130 versus 45 millones de habitantes); tiene menor inflación, mayores exportaciones (441 M €, versus 73 €); mayor producción energética (302 kwh, versus 131 kwh); y más teléfonos móviles (122 M versus 54 M).     

Sin embargo, en sistemas de salud y en educación, Argentina nos supera claramente, pues ellos tienen 4.99 camas de hospital por cada mil habitantes, mientras nosotros apenas 0.98 camas por cada mil habitantes.

Véase como se vea, las dos naciones se parecen por sus orígenes históricos e idioma.

Pero el talante de los argentinos conlleva una actitud un poco pesada de sobrellevar en el trato cotidiano, pues su fatuidad es clara.

No hablamos por la herida, pues al menos a mí, el resultado de un partido de fútbol no me hace más ni menos feliz.

Quiero pensar que es una casualidad el hecho de recordar un viejo chiste argentino que dice más o menos así: 

Dos argentinos llegan a Miami sin un peso y, como se reúnen a  primera hora de la mañana, uno le dice al otro: 

 _Vamos a separarnos para pedir dinero y al final del día nos reunimos para ver cuanto hemos sacado cada uno. 

El otro le contesta que le parece bien. 

Se marchan, cada uno por su lado, y al empezar la noche se encuentran de nuevo. Uno le pregunta al otro:

 _¿Cuánto dinero has ganado? 

 _ 30 dólares 

 _ ¿Y cómo lo has hecho? 

 _ Me fui al parque, y pinté un cartel diciendo: NO TENGO TRABAJO, 

 TENGO 3 HIJOS QUE ATENDER, POR FAVOR NECESITO AYUDA, y la gente me ha ido dando dinero. 

 _Y tú, ¿cuánto has ganado? 

 _ Mil 800 dólares 

 _¡Qué!, ¿y cómo lo hiciste? 

 _ Hice lo mismo que tú, pero con diferente mensaje, pues escribí esto: ME FALTAN 6 DÓLARES PARA REGRESAR A 

 ARGENTINA; y la gente, muy amable, no paraba de darme dinero...