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Iglesia dice "Ya basta" a estrategia seguridad

ROMA - La jerarquía católica de México pronunció un contundente "Ya basta" al plan de seguridad del gobierno, que arroja hasta casi 420 mil muertos y unos 100 mil desaparecidos, pero el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que mantendrá la misma línea para combatir la violencia.

Luego del asesinato de dos sacerdotes jesuitas en un poblado rural del norteño estado de Chihuahua, la Conferencia Episcopal de México (CEM) emitió un comunicado en el que afirmó que "es tiempo de revisar las estrategias de seguridad que están fracasando".

"¡Ya basta! No podemos ser indiferentes ni ajenos a lo que nos está afectando a todos", indicó la declaración, pero López Obrador dijo que no cambiará su ofensiva porque afirmó "este es el camino" que ha dado resultados positivos en todo el país, al considerar "ruin" que lo responsabilicen por un asunto del fuero común.

""Entonces no vamos a cambiar la estrategia", aunque sigan con sus campañas de desprestigio, atacándonos", dijo el mandatario e indicó que la aplicación de la violencia y medidas coercitivas es "solo una visión conservadora y autoritaria", al referirse a su modelo de seguridad, bajo el lema de "Abrazos, no balazos".

En su conferencia matutina diaria de hoy en Palacio Nacional, López Obrador advirtió que "llevará tiempo" lograr resultados de su ofensiva contra la delincuencia porque estimó que "lo primordial es atender con programas sociales y de manera directa a los jóvenes para eliminar las causas que generan la violencia, acabando "con la corrupción e impunidad".

A unos días del asesinato el pasado lunes de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales, 79 años y Joaquín Mora Salazar, 80, así como del guía de turistas Pedro Palma, dentro de un templo en el poblado de Cerocahui, la Iglesia católica dijo que "el crimen se ha extendido por todas partes, trastocando la vida cotidiana de toda la sociedad".

"Creemos que no es útil negar la realidad ni tampoco culpar a tiempos pasados de lo que nos toca resolver ahora", afirmó el texto firmado por Rogelio Cabrera, arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

Cabrera mostró su "profunda preocupación por la creciente violencia que sufre nuestro querido país", la cual se manifiesta "afectando las actividades productivas en las ciudades y en el campo, ejerciendo presión con extorsiones hacia quienes trabajan honestamente en los mercados, en las escuelas, en las pequeñas, medianas y grandes empresas".

El arzobispo hizo notar que los criminales "se han adueñado de las calles, de las colonias y de pueblos enteros, además de caminos, carreteras y autopistas y, lo más grave, han llegado a manifestarse con niveles de crueldad inhumana en ejecuciones y masacres que han hecho de nuestro país uno de los lugares más inseguros y violentos del mundo".

El prelado pidió "redoblar los esfuerzos" para reconstruir el tejido social porque "queda mucho por hacer" en este sentido y llamó al gobierno federal y autoridades de los otros niveles a "revisar las estrategias de seguridad que han fracasado".

La espiral de violencia que azota al país inició en diciembre de 2006 cuando el entonces presidente Felipe Calderón lanzó su fallida estrategia anticrimen con apoyo de las Fuerzas Armadas. López Obrador reconoció que en su administración, como señalan los opositores, ya van más homicidios que en el gobierno de Calderón, pero subrayó que recibió el país con la incidencia de ese delito "hasta la punta, hasta mero arriba".

En tanto, el gobierno realizó un impresionante despliegue de efectivos militares en la localidad de Cerocahui, donde se ubica el templo que fue escenario de los homicidios de los sacerdotes, para localizar a José Portillo Gil, conocido como "El Chueco", el presunto asesino y líder de una célula del Cártel de Sinaloa en la zona.

Convoyes de vehículos militares y de la Guardia Nacional realizaban intensos recorridos por este poblado de la Selva Lacandona, habitada por la etnia del mismo nombre.

Ricardo Mejía, viceministro de Seguridad federal, dijo que se pidió apoyo a la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos para localizar al líder criminal.

En tanto, autoridades de Chihuahua informaron que fue detenido en la localidad de Cuiteco, cercana a Cerocahui a César Iván Portillo, primo de "El Chueco", y otra persona identificada como Humberto "B".