"Grecia desatendió seriamente sus obligaciones" en la gestión de las fronteras exteriores del espacio Schengen, según un informe de evaluación presentado este miércoles por el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, en conferencia de prensa.
El informe, adoptado por la Comisión, debe ahora ser sometido a aprobación por los Estados miembros del espacio Schengen -compuesto por 26 países de los cuales 22 de la UE-. De aprobarse, Grecia tendrá tres meses para conformarse al reglamento del código Schengen y reparar las deficiencias en el control de la llegada de los migrantes.
Expertos de la Comisión viajaron en noviembre a la frontera terrestre entre Grecia y Turquía así como a varias islas del mar Egeo, los principales puntos de ingreso al bloque europeo de casi un millón de migrantes en 2015.
Según Dombrovskis las "deficiencias" conciernen el hecho de que "no hay una identificación efectiva e ingreso de los datos en una base de los inmigrantes irregulares".
Las huellas dactilares no ingresan sistemáticamente en el sistema, no se verifica la autenticidad de los documentos de viaje, no se ingresan los nombres en las bases de datos existentes, sean nacionales, del espacio Schengen o de Interpol, enumeró.
Según el código Schengen, los miembros de este espacio deben diferenciar a los solicitantes de asilo de los llamados "migrantes económicos" y organizar el retorno de estos últimos hacia sus países de origen.
Las fallas en estos controles justificaron para algunos Estados miembros el restablecimiento de los controles fronterizos en las fronteras interiores.
Si Grecia no toma las medidas necesarias para reparar estas "deficiencias" se abre el procedimiento para que los Estados miembros sean autorizados a extender los controles fronterizos por dos años, un golpe fatal a lo que todos valoran como el mayor logro de la Unión Europea: el espacio sin fronteras Schengen.