Nacional

Muere el "obispo de los pobres" en México

CIUDAD DE MEXICO - El religioso Arturo Lona Reyes, conocido como el "Obispo de los pobres" y uno de los últimos exponentes de la Teología de la Liberación en México, murió de Covid-19 a los 95 años. Lona Reyes sobrevivió a 11 atentados contra su vida en su batalla incansable a favor de los derechos de los pobres, recordaron sus allegados.

Los restos del obispo retirado serán cremados y las cenizas reposarían en la sede de la Diócesis de Tehuantepec, estado sureño de Oaxaca, uno de los más pobres del país, donde trabajó por décadas.

El arzobispo de Antequera-Oaxaca, Pedro Vásquez, confirmó hoy el deceso, ocurrido el sábado y manifestó sus condolencias a familiares y a la grey católica de Tehuantepec.

"Elevamos nuestra oración y expresamos las condolencias al presbiterio, a sus familiares y feligreses de esta amada Diócesis de Tehuantepec", señaló Vásquez.

"Sabemos que, frente al misterio del dolor y la muerte, los creyentes ponemos nuestra mirada en Jesucristo que es el camino, la verdad y la vida", afirmó.

La Diócesis de Tehuantepec anunció para este domingo una jornada completa de oración para rogar por "el eterno descanso" del "Tata Obispo".

Nacido en Aguascalientes, capital del céntrico estado homónimo, el 1 de noviembre de 1925, fue ordenado sacerdote el 15 de agosto de 1952 y consagrado obispo de Tehuantepec el 15 de agosto de 1971 por el Papa Paulo VI.

Lona Reyes renunció a este cargo en 2001, al cumplir con la edad permitida en el clero católico para estar en activo.

El también activista, fue presidente de la Comisión Episcopal de Indígenas en 1972 y fundador del Centro de Derechos Humanos Tepeyac de Tehuantepec.

En 2008 fue galardonado con el XVI Premio Nacional de Derechos Humanos "Don Sergio Méndez Arceo" como "reconocimiento a toda una vida entregada en la defensa y promoción de los derechos humanos de los pobres e indígenas.

Lona Reyes destacó junto con el ex arzobispo de Oaxaca, Bartolomé Carrasco , y el obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz, ambos ya fallecidos, por defender y practicar la teología de la liberación en la zona sur.

A causa de su defensa de los pobres, fueron objeto de represalias y acoso de autoridades eclesiásticas y civiles e incluso amenazados de muerte.

También sufrió más de un decena de atentados contra su vida por liderar protestas promigrantes, resistir grandes proyectos de infraestructura como embalses o defender las selvas y luchar contra el cacicazgo en zonas indígenas.