“La ópera Werther es muy reconocible por su carácter melódico, su orquestación excepcional, pero lo interesante es cómo cada una de las obras de Massenet está adaptada a su texto”, manifestó anoche el M. Ricardo Marcos, presidente de CONARTE en la charla Diálogos Operísticos Werther y la ópera francesa, que se realizó en la Escuela Adolfo Prieto de CONARTE.
“Lo que me llama la atención de Massenet es su capacidad de adaptarse al contexto ideal. Su música es un reflejo del texto, es impresionante la forma como logra trasmitir a través de la música la esencia y poder del texto”, expresó.
El M. Ricardo Marcos sostuvo un diálogo con el maestro Gerardo Kleinburg sobre la ópera y la obra Werther de Massenet, como parte de las actividades en torno a la presentación de esta magistral ópera los días 10 y 12 de noviembre en la Gran Sala del Teatro de la Ciudad.
“Yo conocí antes el texto de Werther. Afortunadamente cuando estaba estudiando mi carrera tomé una asignatura de literatura europea contemporánea y desde entonces me atrapó. Es una libro termial, que marca la transición del siglo 18 al 19. Representa los albores del Romanticismo”, expresó el M. Ricardo Marcos.
“La novela nos presenta a un personaje atormentado en una época donde el orden era uno de los factores fundamentales. Era el siglo de las luces y con esta obra comienza a tambalearse. Es previa a la revolución francesa, hay que entender cómo se va desgranado ese siglo”, expresó.
“Werther una novela epistolar, son cartas que el protagonista escribe, en las cuales nos va revelando su entorno. Como una buena figura romántica se preocupa mucho por la naturaleza, y los detalles y eso me recuerda a la literatura del siglo 19 de los primeros años. Había esa sensibilidad para ponernos en un escenario con un gran detalle”, señaló.
En la literaturas del joven Werther- señaló- encontramos ya este espíritu romántico atormentado. Luego conocí a Massenet y caí en su influjo. A diferencia de otros compositores no lo conocí en mi niñez. Encontré algunas de sus arias fundamentales, pero más adelante encontré a Manon y fue una experiencia de las que se quedan toda la vida.
Por su parte, Gerardo Kleinburg expresó: “La ópera primero nos abraza y luego ya no nos suelta. La ópera está diseñada para generar cosas extrañas en nosotros. Es género muy peculiar, tramposo, que busca emocionarnos como no podemos imaginar”.
“Empecé a leer a Werther buscando encontrar lo que generalmente nos ayuda a explicarnos la vida. Ver qué tanto nos vemos allí, que tanto es un espejo. También la ficción es importante. La ópera también es ficción. Nosotros empezamos a relacionarnos con otros seres a través de esta; hay personajes que amamos y otros que detestamos, que no queremos ser”, expresó.
Entonces- dijo- busqué en el texto estos puntos de contacto. El protagonista sufrido, egocéntrico que se antepone a todo lo demás. Y todo sólo tiene sentido a través de su visión.
Luego – expresó-me topé con la obra de Massenet y me impresionó mucho. Tiene un gran poder musical orquestal. Y todo tiene que ver con ese personaje, sus cartas y su voz. Es, sin duda, una de mis diez óperas favoritas.