Putin aprovechó el encuentro informal para hablar con estudiantes que se integran en las llamadas "brigadas obreras estudiantiles" para tomar parte en algunas de las grandes obras del Estado, una tradición soviética que ha empezado a recuperarse en los últimos años.
"El movimiento de las brigadas estudiantiles nació en la década de los 60 del siglo pasado. Yo mismo, como ya he dicho en público, me integré en esas brigadas y allí aprendí el oficio de carpintero, algo de lo que estoy muy orgulloso", recordó Vladimir Putin sus años de estudiante, cuando estudiaba Derecho en su natal San Petersburgo.
En esos tiempos, agregó, ya tenía un alto nivel en sambo (arte marcial ruso) y le parecía que tenía fuerzas de sobra para trabajar en una obra.
"Pero resultó que el trabajo -y trabajábamos doce horas al día- requiere una resistencia especial", apuntó.
Los estudiantes regalaron al presidente ruso un libro que reúne poemas escritos por algunos alumnos de la prestigiosa universidad, considerada por muchos expertos como la mejor del país.
Vladimir Putin, que cultiva una imagen de hombre duro y poco sensible, ya se ha dejado ver en otras ocasiones cantando en inglés o incluso tocando el piano.
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