Febrero 19: Día del Ejército mexicano. Esta fecha es determinada en 1950 como Día del Ejército por decreto presidencial obedeciendo a dos hechos históricos: en ese día, en el año de 1913 el gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza publica el decreto de fundación de la institución militar que ha posibilitado a México su soberanía.
Crea el ejército constitucionalista como respuesta al fiero golpe de estado que termina con la vida del presidente Francisco I. Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez. Hay otro antecedente histórico que sucede en ese día del año 1812 en Cuautla, del estado que hoy se llama Morelos. Allí defendía la ciudad un ejército infantil que armó el general José María Morelos, y en esa fecha los realistas intentaban tomar la plaza de San Diego, que estaba siendo defendida por Hermenegildo Galeana.
Esta plaza era estratégica para el dominio de la ciudad, y Galeana estaba agobiado debido a que su tropa era integrada por indígenas armados sólo con piedras y los niños mencionados. Ante el avance de los realistas, una voz se escuchó de entre los mismos defensores, gritando que "Todo se ha perdido, han derrotado a Galeana", -en una más de las falsas alarmas y rumores malévolos que nos han hundido recurrentemente como país- y los insurgentes al escuchar eso, retrocedieron rumbo al centro de Cuautla, dejando sus posiciones y abandonando el único cañón del que disponían.
Los realistas avanzaron rumbo al cañón, pero de pronto Narciso Mendoza que formaba parte del ejército infantil corrió al cañón y lo disparó matando a varios soldados y dejando heridos a otros. El Niño Artillero resultó herido, pero gracias a ese acto heroico, Galeana pudo recomponer su defensa y el ruido del disparo se escuchó de lejos y se recibió ayuda de la gente de Morelos, dirigida por él mismo, por Mariano Matamoros y Leonardo Bravo.
El sitio de Cuautla duró 72 días, hasta que Morelos ya reducido a las últimas necesidades de su tropa, irrumpió con su ejército en la madrugada del 2 de mayo de 1812 pero el ataque sorpresa no fue suficiente para romper el cerco que tenía Félix María Calleja (quien terminó siendo el 60º virrey de Nueva España), así que con trabajos sobrevivió huyendo solo con su escolta rumbo al Popocatépetl, y fue perseguido por Anastacio Bustamante, el mismo que luego sería presidente de la república. La historia de Morelos no termina ahí, pues su genio militar era asombroso. El Niño Artillero terminó la guerra de independencia siendo teniente coronel del ejército mexicano.