Editoriales

La importancia de los errores

 

 Cada vez que fracasamos echamos a volar la creatividad, buscando la forma de salir con daños menores y cómo enmendar el error que nos llevó a fracasar.

Los hombres y las mujeres exitosos han aprendido de sus errores, pues sin cometerlos es improbable evolucionar y ese es el único camino del éxito.

El gran Walt Disney es ejemplo clásico de cómo aprender del fracaso, pues fue despedido de un periódico por falta de creatividad. Allí comenzó a pensar diferente y pudo reunir 15 mil dólares para fundar su propia empresa llamada Laugh-O-Gram Films, pero quebró y se quedó sin nada. Analizó sus errores y buscó cómo entrar a Jóligud enfrentando la crítica y el fracaso hasta que sus películas comenzaron a ser populares. Terminó su vida siendo reconocido como uno de los grandes genios del siglo XX.  

Otro es Milton Hershey, quien inició quebrando en sus primeros tres negocios de fabricación de dulces y estudiando sus errores fundó Hershey’s que en la especialidad de chocolates es la marca más conocida en el mundo.

Abraham Lincoln había fracasado en los negocios cuando tenía 35 años. Se metió a la política y perdió todas las elecciones para ser diputado (representante), lo mismo le sucedió cuando quiso ser senador, después perdió en la elección de vicepresidente, hasta que hizo un recuento de sus errores, se lanzó a la presidencia de Estados Unidos y ganó.

El millonario norteamericano Bill Gates escribió que: De los errores se aprende más que de los éxitos. Está bien celebrar el éxito, pero es más importante prestar atención a las lecciones del fracaso.

En el libro “Matrícula de error”, su autor Gabriel García de Oro dice que aceptar en forma positiva los errores nos da la posibilidad de mejorar las cosas. El camino del error es el más frecuente, por suerte, dicho sea de paso, desde los orígenes ya lo escogieron Adán y Eva comiéndose la manzana, y con ello avanzaron y salieron a un nuevo mundo en el que aprendieron que el error se paga y es el que nos han legado.

Todos cometemos errores, el punto es quiénes puede aprender de ellos y quiénes se desilusionan olvidando esa gran enseñanza.

La diferencia entre estos dos grupos de individuos marca el éxito o el fracaso de las personas.