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Realiza artesano de Capula vajilla donde comerá el Papa en Morelia

Capula.- Entre una "infinita alegrí­a y muchí­simo estrés", se debate el artesano michoacano Samuel Ruí­z Reyes, elegido para elaborar la vajilla en donde le servirán la comida al Papa Francisco, en su visita a Morelia, el próximo 16 de febrero.

El encargo le cayó por sorpresa, "pues la mera verdad ni sabrí­a explicarle, vinieron los de turismo y traí­an varios proyectos y yo jamás me imaginé que me í­ban a hacer el trabajo pues. De hecho tardaron mucho en decidirse"; razón por la que ahora, admite, trabaja a marchas forzadas.

"Ahorita si estoy muy estresado, a veces no duermo pensando si no voy a salir mal, por el tiempo pues, más que nada por el decorado, el trabajo ya lo conoce uno, sólo que es bien tardado el decorado", confiesa Samuel Ruí­z de 42 años, quien a pesar de todo, "ya empiezo a ver la luz".

Pero también dice sentir "mucho orgullo" por esta encomienda, incluso, tras el encargo, varios clientes de Morelia lo han visitado o llamado para hacerle pedidos, "me están queriendo encargar trabajo, pero ahorita no puedo".

En este sentido, considera que el encargo de la presidencia municipal de Morelia, de realizar la vajilla papal, le dará suerte. "El Papa es una gente que hace mucho bien, ahorita más que nada que nos va a visitar a Michoacán, los demás papas si habí­an venido pero a México y acá Michoacán no, así­ que si estamos contentos".

Ruí­z Reyes nació y vive en Capula, Michoacán, tiene 42 años, gracias a su trabajo de alfarerí­a, especializado en cerámica, mantiene a su familia, formada por su esposa y dos hijos.

Sólo 17 kilómetros al oeste de la capital michoacana en la carretera Morelia-Guadalajara, se ubica la tenencia Capula, población reconocida por el trabajo de alfarerí­a de la mayorí­a de los habitantes, que de acuerdo a la historia, el fraile de origen españo, Don Vasco de Quiroga, primer obispo de Michoacán y hoy en proceso de canonización, les enseñó el oficio de la alfarerí­a en 1550.

Mientras decora uno de los platos con notable habilidad, Samuel de pocas palabras, explica que este pedido es uno de los más importantes y complicados en su carrera, "es de los más importantes y más que nada el trabajo y ahorita lo del tiempo, como es complicado, se debe buscar gente para que me apoye".

Decoración

La vajilla contiene siete piezas: cuatro platos de diferente tamaño, un vaso, una taza y un aro servilletero; y son 60 juegos, pero Samuel realizará siete más, costumbre de los artesanos de elaborar piezas de más, para asegurar cualquier incidente.

Todas las piezas son de cerámica de alta temperatura, contienen tres colores: negro, azul y un toque de blanco. El diseño consiste en una cruz con cuatro peces y de base una red, sí­mbolos de Michoacán, de la región de Pátzcuaro, pero también, agrega Samuel, tiene un sentido religioso por los peces, "pescador de hombres".

"Tienen como forma de cruz, o sea esto es lo tí­pico aquí­ de Michoacán y es como tipo red, se hicieron muestrarios y este fue el que les gustó", cuenta Samuel.

Cada pieza pequeña puede decorarla en media hora, pero las piezas grandes de tres horas hasta un medio dí­a. Es por eso que recurrió al apoyo de seis artesanos de Capula, entre ellos, su esposa, para decorar todas las piezas, "acabo de forjar, todaví­a viene lo más difí­cil que es el decorado, como esto si es complicado pues, es tardado".

Este diseño fue presentado por Samuel a la presidencia municipal, "se hacen vajillas para concurso, se va quedando algún juego para muestra pero son piezas especiales para concursos". De hecho "yo le pongo mi nombre pero ahorita no, dijeron que no, que así­ nada más".

Samuel aprendió el oficio desde niño, "antes nosotros éramos campesinos, nada más que hubo la oportunidad de también trabajar mucho el barro, el tí­pico aquí­ de Capula pero ya después empezamos a trabajar la cerámica".

En Capula, la mayorí­a de los habitantes se dedican al barro, algunos se dedican a la albañilerí­a pero en ratos a la alfarerí­a, "eso es bueno también porque luego la gente tiene más opciones para ver la calidad del trabajo, el cliente que sabe, elige calidad, otros por el tamaño se guí­an".

El nombre de Capula proviene de las palabras náhuatl "capulí­n" y "an", que significa "lugar de capulines". Lugar donde la tradición guarda celosamente las técnicas antiguas de la fusión indí­gena y española para la elaboración de su alfarerí­a, artesaní­a de la población con una experiencia y habilidad únicas.

Capula es la única población en la entidad que cuenta con la certificación de región de origen en tres tipos de artesaní­a: alfarerí­a tradicional, alfarerí­a punteada y catrinas.