El cambio de programación y de nombre de la estación de radio Opus 102.1 de FM a Radio Libertad, ha despertado las voces de los ciudadanos de Nuevo León; los primeros, quienes conducían programas de radio y recibieron la noticia de hoy es el último día. Mal tratados, y al no poder despedirse de su público a través del propio medio, lo hicieron utilizando las redes sociales.
Después, surgieron las notas periodísticas: Dicen que dicen que la estación oficial 102.1 dejará de transmitir en FM, Comunicación Social de gobierno respondió, sin rubor, que aún no tenía nada listo.
Entonces, levantó la voz el gremio cultural, los promotores, los intelectuales, los comunicadores y los productores del arte, también los radio escuchas y todos aquellos que saben y conocen el valor de la cultura y el conocimiento en la sociedad, y de la fuerza que tiene la radio como el medio de mayor alcance e influencia.
He leído y escuchado opiniones tan diversas como quien declara que la estación es todos, y no del gobierno del Estado; es una estación pública que no debe medirse por audiencia sino por la calidad del contenido, la rapidez con la que se realizó el cambio, la falta de planeación y proyecto; la baja calidad y poco alcance que tendrá la transmisión en AM para apreciar la música, y como cereza del pastel: el rechazo generalizado de la inclusión de una locutora que ofrece textos de autoayuda y, por supuesto, el propósito de convertir a la estación de radio como un medio propagandístico como lo hacen los sistemas totalitarios que restringen las libertades individuales y que acumulan todo el poder en el Estado.
Dejando bien claro que Radio Libertad viola las libertades y los derechos de los ciudadanos como el derecho a la cultura, el derecho a la libertad de expresión, el derecho a la información, y muchos más que se desprenden ¿Y las Leyes, Apá? ¿Y los Derechos Humanos, Apá? (parafraseando el estilo de la gente de campo con la intención de que resulte de fácil comprensión).
Opus 102.1 es una estación de radio pública resultado del esfuerzo conjunto de gobiernos anteriores y de muchos ciudadanos. Quizás, mientras estuvo ahí se mantuvo por inercia, con poca gente pero suficiente para sostenerla. Lo mismo sucede con otras estaciones de radio y TV Nuevo León.
Las telecomunicaciones y la radiodifusión son servicios públicos de interés general. El Estado ejerce la rectoría y establece las condiciones en la prestación de los servicios.
La Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión menciona que los interesados en obtener una concesión sobre el espectro radioeléctrico para uso público para prestar el servicio de radiodifusión, deben presentar una solicitud que precise los mecanismos para asegurar la independencia editorial; autonomía de gestión financiera; garantías de participación ciudadana; reglas claras para la transparencia y rendición de cuentas; defensa de sus contenidos; opciones de financiamiento; pleno acceso a tecnologías y reglas para la expresión de diversidades ideológicas, étnicas y culturales.
El cambio de banda de frecuencia se puede dar por dos razones: 1. Que el Instituto Federal de Telecomunicaciones lo solicite para rescatarla. 2. Que lo solicite el concesionario. Si no hubo cambio de frecuencia y sólo fue de contenido y objetivos, debería haberse establecido un consejo ciudadano representativo que garantice la participación ciudadana de donde surgieran decisiones colegiadas y, posteriormente, realizar la solicitud de cambios al IFT.
¿Cuáles son las bases de nuestro gobierno del Estado? y ¿cuáles son las bases jurídicas del cambio que se llevó a cabo?
Como profesional de la comunicación y apasionada de la misma comparto mi concepción acerca de la importancia de la comunicación social: La cultura es un producto de la comunicación, la comunicación es un tema de todos los ciudadanos, la buena comunicación se traduce en bienestar social y en la generación de desarrollo, la comunicación es la herramienta más importante de transformación en la sociedad.
Los nuevoleoneses ya estamos cansados de caminar para atrás, y hablarle al vacío que ni el eco nos responde. ¿Qué se requiere?Regulación jurídica y la creación de políticas públicas con mayor rigor en los contenidos de los medios de comunicación, así como dar herramientas a los ciudadanos para defender su representatividad y visibilidad, a través del "Derecho de las Audiencias" presentado como un beneficio de la Reforma Constitucional y la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión publicada en el 2013.
Los medios de comunicación influyen poderosamente en el capital cultural y simbólico de nuestra identidad como sociedad; con productos y contenidos que deberían promover la formación cívica, educativa y cultural, éste es el deber ser.
Sin embargo, hay una gran diferencia entre un medio privado y uno público. Los medios públicos como Opus 102.1 de FM, otras concesiones de radio que tiene el gobierno y TV Nuevo León son financiados con el dinero de los ciudadanos, este es el motivo por el cual deben ser hechos y controlados por el público y para el público, sin interferencias políticas ni presiones comerciales.
¿Cómo lo ve usted?