La Organización de Estados Americanos (OEA) ponderará este lunes si declara a Venezuela en violación de su orden constitucional en virtud de la Carta Democrática Interamericana, y activa mecanismos para presionar al país a convocar elecciones y liberar a los opositores apresados.
Por tercera vez en una semana, los 34 Estados del Consejo Permanente se reunirán en la sede del organismo continental, en Washington, para discutir la crisis institucional en el país suramericano, en una sesión de embajadores prevista a las 14h00 locales (18h00 GMT).
A Venezuela le han llovido condenas de la comunidad internacional después de que el máximo tribunal se abrogara facultades legislativas y retirara la inmunidad a los parlamentarios, en dos fallos de mediados de la semana pasada que después fueron anulados.
La OEA debatirá un proyecto de resolución presentado por 13 países, a fin de declarar las sentencias de este tribunal venezolano "una violación del orden constitucional", y para resolver implementar "mecanismos interamericanos" para la "preservación de la democracia" en Venezuela, conforme a la Carta Democrática Interamericana.
Además, la OEA podría convocar esta semana una reunión de ministros de Exteriores, como anunció el sábado el presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, para "tomar una posición sobre la Carta Interamericana", según el diario El Comercio.
Creada por el consenso de la OEA en 2001, la Carta Democrática Interamericana fija mecanismos graduales para intervenir en un Estado miembro, en caso de "una alteración del orden constitucional que afecte gravemente a su orden democrático". En caso extremo podrían terminar con la suspensión del país de la OEA.
La presión se incrementa en el gobierno de Caracas, después de que Uruguay se uniera el sábado a los Estados más críticos de Argentina, Brasil y Paraguay en un pronunciamiento de Mercosur, exhortando a Venezuela a garantizar la separación de poderes y a respetar el calendario electoral previsto.
Como respuesta, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, advirtió el domingo que el país "no se deja ni se dejará" agredir jamás por la OEA ni el Mercosur.
La confusión se desató en Venezuela desde que los magistrados se adjudicaran las funciones de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, y retirara la inmunidad de los diputados en dos sentencias dictadas a mediados de la semana pasada.
Tras un fuerte rechazo internacional y la presión de la oposición que denunció un "golpe de Estado", el máximo tribunal anuló esos fallos, no sin antes acordar un pacto entre los poderes públicos, al que no acudió el líder opositor del Parlamento.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, que denunció las sentencias como un "autogolpe", criticó la marcha atrás del tribunal, señalando que "de una ruptura institucional no se sale con aún más alteración del orden constitucional".
Almagro dio un ultimátum a Venezuela: o convoca a elecciones generales en un mes o será suspendida de la OEA. Pero la decisión corresponde únicamente a los países, no al secretario general.
- Búsqueda de mayoría -
La aprobación de la resolución, respaldada entre otros por Estados Unidos, México, Brasil y Argentina, constituiría el paso más drástico de la comunidad continental desde el inicio de la crisis institucional venezolana hace un año.
Al igual que con la resolución, una reunión de ministros de Exteriores debe ser aprobada por una mayoría de, por lo menos, 18 países.
Al menos 20 países proponen algún tipo de rol mediador de la OEA en la crisis, frente al rechazo rotundo de Caracas, que denuncia un intento de injerencia liderado por EEUU.
Varios de esos países llaman a Venezuela a liberar a sus "presos políticos" y a fijar un calendario de elecciones, que incluya los comicios regionales, suspendidos indefinidamente desde el año pasado.
En declaración a la ONG Venezuelan American Leadership Council, el embajador mexicano ante la OEA, Luis Alfonso de Alba, dijo que podrían ajustar el texto "si fuera necesario", para ampliar el banco de apoyo.
Queda por ver si logran convencer a algunos países del bloque Caribe que apoyaron la convocatoria, como Bahamas, Barbados, Belice o Jamaica, a unirse en la resolución.
Esa posibilidad señala la erosión de los apoyos de Venezuela en la OEA, donde durante años, la mayoría de las islas caribeñas -a las que el Gobierno de Caracas suministra petróleo en condiciones preferenciales- impedía bloquear cualquier debate adverso en el organismo.
"Dentro de ese foro en particular, pero también regionalmente, Venezuela está siendo, y cada vez más claramente, aislada", dijo un alto funcionario del Departamento de Estado.