23/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Julio 21 de 1846: se une Mariano Arista con sus tropas en Linares a las de Tomás Mejía, y parten a Monterrey para defender la plaza del invasor norteamericano. Ver semejante fuerza militar unida impresionaba a cualquiera por lo que se tenía la esperanza de que México venciera a Estados Unidos. Y si los norteamericanos querían avanzar rumbo a Ciudad de México, tenían por fuerza que pasar por Monterrey, así que el encuentro entrambos ejércitos sería a muerte. Sin embargo, en nuestro país había una lucha abierta por el poder, y una semana después -el 28 de julio-, Nicolás Bravo asumiría la presidencia interina del país, pues apenas el 2 de julio anterior, el gobierno mexicano había reconocido el estado de guerra contra Estados Unidos y autorizado la ampliación de los efectivos del ejército y la realización de los gastos necesarios para la defensa del país. En cambio, para el día 7 de julio los invasores, a través del cónsul norteamericano Thomas O. Larkin y el comodoro John Sloat, ya habían declarado hasta la anexión de California a Estados Unidos, izando la bandera de las barras y estrellas en el edificio de la aduana de Monterey, California. Para el 8 de agosto, el ejército invasor ya estaba ocupando Reynosa, Mier y Camargo, estableciendo su cuartel general en ese lugar. Así que todo cambió, comenzando por los mandos políticos y militares, quedando la defensa de la Ciudad de Monterrey en manos del general Ampudia y el Ejército del norte, aunque recibiría el 9 de septiembre refuerzos del general Simeón Ramírez, quien había partido de la Ciudad de México el 27 de julio anterior. existían otras complicaciones, como que algunas tropas no aceptaban órdenes más que del general Tomás Mejía, lo que causó un mayor descontrol entre las fuerzas defensivas. Y en el colmo de la indolencia, el 14 de septiembre llegó Santa Anna a la Ciudad de México a ¡festejar con tres días de iluminación el Palacio Nacional, que México era independiente de España! desde 1821, es decir, el 25º aniversario de la independencia nacional. Mientras, ese mismo día, el comandante norteamericano Samuel Francis Du Pont ocupaba La Paz, Baja California y apresaba a los bergantines mexicanos Correo, La Paz, Manuela y a las goletas Julia, Mazolea, Elisa, Victoria, Adelaida, y a la balandra San José. Ya para el 18 de septiembre, las tropas invasoras norteamericanas estaban frente a Monterrey, reconociendo la zona donde se celebraría La Batalla de Monterrey, evento que merece su propia narrativa.