09/May/2024
Editoriales

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Septiembre 16 de 1910: se inaugura, en conmemoración del primer Centenario de la Independencia nacional, el monumental Arco de la Independencia en Monterrey, ubicado en las avenidas Unión y Progreso (hoy Madero y Pino Suárez) que es el cruzamiento de las salidas a Reynosa y a Saltillo, de oriente a poniente y a Laredo y la ciudad de México, de norte a sur. El gobernador interino José María Mier inauguró esta obra que ostenta una estatua de cuerpo entero de una mujer. La obra fue realizada casi en su totalidad por el gobernador Bernardo Reyes, quien hubo de dejar el puesto por un cisma político que provocó su intensa promoción para la candidatura presidencial –con una amplia red de clubes reyistas en todo México- costándole la gubernatura de Coahuila a su seguidor Miguel Cárdenas, y la del propio Reyes en Nuevo León, pues Porfirio Díaz no tenía la intención de retirarse de la Presidencia.

El monumento en sí, es un arco de piedra de cantera rosa (ahora café por la polución moderna) con altura de 25 metros, conocido popularmente como el “Arco de la Mona”, o “La Mona del Arco”, figura metálica concebida por el artista Eligio Fernández y el industrial norteamericano W. H. Mullins, de Salem Ohio, así como el propio Bernardo Reyes a un costo de 53 mil pesos. Este Mullins ya le había fabricado a Reyes las estatuas de Hidalgo y de Juárez que están colocadas enfrente del Palacio de Gobierno. En cuanto a la obra civil, fue realizada por el arquitecto inglés Alfredo Giles (gran diseñador y ejecutor de obras insignes de la Ciudad como el Casino Monterrey y el Banco Mercantil de la calle Zaragoza, entre otras). El arco sostiene, además de la figura de una mujer de 6 metros de altura y 3 toneladas de peso, que representa la victoria con corona de olivo, vestido despedazado y busto de fuera, una cadena rota, simbolizando la ruptura con la corona de España; y a otra altura, dos águilas de bronce. El día inaugural, fue el regidor Rafael Garza Cantú quien pronunció el discurso oficial, pues José María Mier no era afecto a hablar en público. Este hermoso monumento, que requiere con urgencia una buena inversión para darle mantenimiento, fue elegido por miles de votos ciudadanos como una de las 7 Maravillas Históricas de Nuevo León, el año de 2020. 

Esta joya monumental está de pie milagrosamente porque no tiene protección de un posible estrellamiento vehicular pues por ese crucer transita cualquier cantidad de vehículos diariamente. Y aunque las bases están firmes, un golpe fuerte puede provocar movimientos en la estatua que sostiene en su parte superior una esfera que representa el mundo. En una de sus columnas hay varias placas de mármol que dicen: "A los que en cien años han venido defendiendo y elevando la nacionalidad mexicana". Esta obra que es símbolo de Monterrey, se inscribe en la serie de monumentos que construyó para los mismos efectos, el presidente Porfirio Díaz, como el Ángel de la Independencia, el Hemiciclo a Juárez, el Palacio de Bellas Artes y otros en la ciudad de México.