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Acróbata que falleció en la Macroplaza era periodista…Diario de Neuquenl dedica un conmovedor mensaje

La acróbata argentina que falleció este sábado en Nuevo León cuando hacía los ensayos para el espectáculo aéreo que se presentaría un par de horas más tarde en la Explanada de Los Héroes era periodista también y había trabajado para el diario  LM Neuquén  de Argentina durante seis años.

La familia de la joven neuquina  a quien le llamaban La  China tomó conocimiento de su muerte y se espera que su hermana llegue de un momento a otro a nuestro Estado y comenzar los trámites correspondientes a la repatriación de sus restos.

María de los Ángeles Nieto, fue recordada este domingo por los amigos de la redacción del diario LM Neuquén con una emotiva carta que publicaron.

La China y sus compañeros  practicaban el espectáculo Supernova, del grupo Elevé, en la  Explanada de los Héroes, frente al Palacio de Gobierno que iban a presentar la noche del sábado y domingo  pero el arnés de la cuerda que la había subido ya cerca de 10 metros se reventó cuando iban ya bajando.

Por supuesto la presentación fue cancelada y la que darían este domingo también,

 

 

CARTA DE COMPAÑEROS DIARIO LM Neuquén

 

Murió una acróbata neuquina en México. Murió María de los Ángeles Nieto. Murió la China.

Hay noticias que golpean directo al corazón, sin piedad, sin pedir permiso. Hay noticias que duelen por trágicas, por inexplicables, porque se llevan una vida llena de vida, de energía, de sueños perseguidos con un entusiasmo que hoy será difícil de recuperar.

Se fue la China. Se fue con su alegría, con esa sonrisa constante con la que pasó por la redacción de LM Neuquén durante seis años, con esa sonrisa imborrable con la que descubrió la danza aérea para dedicarle horas y pasión, disfrutando de las acrobacias que la elevaban de esta tierra desde donde tanto se la va a extrañar.

Se fue la China. La que siempre te esperaba con una sonrisa, la que te ofrecía un mate y te hacía sentir la calidez que transmitía, la que recordarán decenas de amigos y colegas a los que hoy nos hermana la misma triste sensación en el pecho.

Se fue la China. Se fue con su alegría, esa que hoy nadie tiene cuando nos saludamos en el diario, la que se nos borró por estas horas en las que intentamos entender lo incomprensible, esa alegría que surgía tan fácil con ella cerca, en la redacción, en la calle, en un recital, en una sobremesa.

 

Hay noticias que sólo se asimilan con el tiempo, que, dicen, todo lo cura al final. Pero ahora duele. Duele porque a veces el adiós llega demasiado pronto, duele porque todos los que la conocieron la descubrieron así de feliz, así de sencilla, así de especial.