El muftí de Arabia Saudí, la más alta autoridad religiosa del país, criticó duramente la posible apertura de cines y la celebración de conciertos en este reino ultraconservador, considerando que serán fuentes de "depravación".
"Sabemos que los conciertos de cantantes y el cine son una fuente de depravación", declaró el gran muftí Abdel Aziz al Sheij, citado el viernes por la web de información Sabq, cercana a las autoridades del país.
Se refería al proyecto de la Autoridad Saudí de Entretenimiento, dependiente del Gobierno, de autorizar ambas actividades.
La introducción de actos de ocio figura entre los objetivos de un ambicioso plan de reformas y de diversificación de la economía, bautizado 2030 y lanzado en abril por el príncipe saudí Mohamed ben Salmán, de 31 años, hijo del soberano y segundo en la línea de sucesión al trono.
Pese a que las salas de cine no existen en Arabia, el largometraje 'La bicicleta verde' ('Wadjda'), realizado por la saudí Haifaa al Mansour, fue aclamado por la crítica internacional y recompensado en varios festivales en el extranjero en 2013.
En octubre de 2016, un inusual espectáculo de 'hip hop' congregó a una multitud de jóvenes en Riad, llevando a algunos responsables del régimen a hablar de la apertura de una nueva era en el reino.
Sin embargo, en opinión del muftí, los cines "podrían mostrar películas libertinas, obscenas, inmorales y ateas porque recurrirán a filmes importados para cambiar nuestra cultura".
Además, cine y conciertos constituyen "un llamamiento a la mezcla de personas de diferente sexo", lo que en su opinión "corromperá la moral y destruirá los valores", aseguró.
Más de la mitad de saudíes tiene menos de 25 años.