En febrero, tres naves espaciales colocaran un módulo en la superficie del planeta Marte. Ellas son: El día 9 de febrero; “Esperanza”, de los Emiratos Árabes Unidos; el día 10 el “Tianmen 1” cuyo nombre significa el título del poema de Qu Yuan del 350 AC y significa: “Preguntas al Cielo”; El día 18 la nave “Perseverancia” de los Estados Unidos. Las tres naves se componen de un orbitador, que es el que se queda orbitando el planeta; un módulo que bajará a la superficie y un “rover” o robot que recorrerá partes de la superficie. Estas naves llevan además diferentes y poderosos equipos como un cámara de rayos X que permite analizar la composición química de los minerales; potentes taladros para cavar y romper piedras; un helicóptero que permitirá volver al orbitador; rayos láser romper finamente minerales en fragmentos; micrófonos que monitorearan la llegada y todos los movimientos que se hagan; antenas para mantener el contacto con la tierra etc. Estos viajes de naves que visitan Marte y las que posteriormente lo colonizaran rinden una gran cantidad de descubrimientos científicos y tecnológicos utilizables aquí en la tierra. De hecho, de los viajes Apolo a la Luna en los años 70s, se derivaron muchas de las tecnologías que actualmente disfrutamos. Poniendo el asunto en palabras del gran economista físico Lyndon H Larouche de 1996: "El hombre anhela ascender, hacia la exploración del espacio, con un propósito primordial: el desarrollo más completo de la humanidad en la Tierra"
“El universo está densamente poblado de anomalías astrofísicas (fenómenos que no se explican con los actuales conocimientos) que sabemos que existen, pero queremos los medios para examinarlas de una manera más eficiente…. El número de nuevos descubrimientos fundamentales que aguardan a la humanidad, incluso desde los próximos pasos preliminares hacia la colonización de Marte, es asombrosamente grande: estas anomalías por sí solas nos asegurarían numerosos avances científicos importantes en la práctica de la ciencia en la Tierra".