En la fachada de la casa de Denisse Chávez, ubicada en la calle Niño Artillero, de la Colonia Altamira, la pintura de un conejo y flores recuerdan al que hasta hace poco tiempo fue su mascota.
Sobre esa misma calle, decenas de murales muestran las historias de los vecinos, leyendas, gustos y oficios de quienes por años han habitado esos hogares al sur de Monterrey.
Este proyecto forma parte de la denominada "Ciudad Mural", programa que es impulsado por la Subsecretaria de Prevención y Participación Ciudadana del Gobierno del Estado de Nuevo León, por el Gobierno federal, el municipal y el colectivo Tomate, que busca crear entornos de paz.
Son alrededor de 46 artistas provenientes de Estado como Veracruz, Quintana Roo, Puebla, Querétaro, México, Guadalajara, Zacatecas, San Luis Potosí y de Nuevo León, quienes día a día se encargan de dar luz y esperanza al sector.
En total se pintarán 100 murales en las fachadas de los hogares, explicó la Subsecretaria de Prevención y Participación Ciudadana, María Elena Domínguez.
El proyecto llegó también a la Colonia Cerro de la Campana, donde los habitantes pintan de blanco decenas de fachadas de las casas, como símbolo de paz y unión.
Ahí, 185 vecinos fueron contratados con empleos temporales para fondear las paredes y con eso dar el primer paso de lo que será un macromural de 25 mil metros cuadrados de fachadas en el Cerro de la Campana.
"Es la primera etapa. Se le dio trabajo a la comunidad para que ellos mismos intervinieran en la primera fase que es la pinta de blanco", explicó la funcionaria estatal.