Desde que ocupó la presidencia municipal de San Pedro Garza García por primera vez entre el 2009 y el 2012, el alcalde Mauricio Fernández se ha distinguido por su inclinación a la "dureza" como método para enfrentar a la delincuencia. Son famosos sus "grupo rudos" integrados por policías bajo cubierta o por delincuentes con los que se pactaba para combatir a otro grupo rival de delincuentes.
El alcalde Mauricio llegó a hablar de sus contactos "con los Beltrán Leyva" y sus acuerdos con ellos para combatir a las bandas rivales y pacificar al municipio. También es conocido Mauricio por inclinarse a contratar militares para diferentes puestos de seguridad y, últimamente, habla ya de colocarlos en posiciones administrativas como el Departamento de Alcoholes. Ahora, este jueves, Mauricio nos anuncia que se va a instalar un mini cuartel militar en su municipio y en la frontera de este con el de Santa Catarina.
Será una especie de "puesto militar" o "guarnición militar" porque sólo habrá en el de 30 a 50 soldados y su respectivo mando. Entendemos que con la presencia militar el alcalde pretende ahuyentar a la delincuencia. Además esta idea va en consonancia con la perspectiva de que sea creada la Ley de Seguridad Interior a nivel nacional con la cual se justificará la militarización y el estado de excepción en ciertas áreas conflictivas de nuestro país. Esta tendencia a la militarización se inició de hecho con el "Operativo Conjunto Michoacán" en diciembre del 2012, cuando el entonces presidente Felipe Calderón dio el "banderazo" a los operativos conjuntos entre la Marina, el Ejército, la PF y las policías estatales de todos los estados de la República. ¿Cuál es el saldo de todo esto? ¿Han disminuido los crímenes, los robos o las ejecuciones? Por supuesto que no.