Agosto 29 de 1823: Declara el Congreso Constituyente a los generales Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero, Beneméritos de la Patria, por su lucha en favor de la Independencia. Este año de 1823 es pródigo en eventos políticos importantes para el país. En enero, los generales Vicente Guerrero y Nicolás Bravo –partidarios del Plan de Veracruz- fueron derrotados por tropas imperiales del general José Gabriel Armijo en el actual estado de Guerrero. El 1 de febrero, Santa Anna y Echávarri promovieron el Plan de Casa Mata en contra del emperador Iturbide, y ante tal división mostrada, el 8 de marzo, Costa Rica se separó del Imperio Mexicano. Los golpes políticos en contra del emperador Iturbide provocaron que el 19 de marzo renuncie (abdique), y ese mismo mes, el triunvirato de Bravo, Negrete y Victoria, asumió el poder político bajo la denominación de Supremo Poder Ejecutivo. Luego, el 21 de julio, Nicaragua y Guatemala se separaron de México, y ante la desbandada que iniciaba, al país le urgía tener contentos a los principales estrategas y operadores militares, por lo que el nombramiento de Victoria y Guerrero como Beneméritos de la Patria, además de justo, era necesario pues se requería equilibrar al grupo político y militar que apoyaba a Iturbide. Al mismo tiempo, se trasladaron los restos de Hidalgo, Allende, Jiménez, Aldama, Morelos, Matamoros y Mina, a la Catedral Metropolitana en medio de una ceremonia muy lucida, con lo cual, sus seguidores estuvieron tranquilos y satisfechos. Se debe subrayar que entre los restos de los héroes no estaban los del ex gobernador de Nuevo León, Manuel de Santa María y Sevilla. La política siempre ha sido una actividad compleja, y en ese tiempo de la Pos Independencia, el arte de hacer política fue determinante, por lo que el decimonono mexicano fue terrible, debido a que aún no se aprendía a hacer política sin tener encima el yugo de la Corona española.
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