06/May/2024
Editoriales

El pueblo sabio y los fifís

Por más que haya interés en dividir a la sociedad mexicana en dos bandos, en el México actual no hay castas, eso fue superado. Pero existió en la época colonial que cohabitaban legalmente, surgidas de los cruces entre individuos de distintas razas o más bien orígenes.

Los españoles podrían ocupar cargos de la Corona y los indios en los Ayuntamientos de Indios, pero a los mestizos (mezclados) se les negaba el derecho de ocupar cargos reales, eclesiásticos o municipales.   

Los mestizos o mezclados se clasificaban así

De español e indígena – mestizo; De Indio con negra – zambo; De negro con zamba - zambo prieto; De blanco con negra – mulato; De mulata con blanco – morisco; 

De español con morisca – albino; De albino con blanco - saltatrás (o saltapatrás);

De indio con mestizo – coyote; De blanco con coyote – harnizo; De coyote con indio – chamizo; De chino con india – cambujo; De cambujo con india - tente en el aire; 

De tente en el aire con china - no te entiendo; De mulato con tente en el aire - albarasado 

Cada casta tenía distintas cargas fiscales y limitaciones, destinándola a empleos predeterminados.

Los esclavos eran personas privadas de todo derecho y sometidas a la dominación de un propietario, que podía disponer de su vida y derechos vitaliciamente.

Un español, hijo de españoles, nacido en la Península tenía más derechos que un hijo de españoles nacido en América.

Este complejo sistema social trató de ser abolido, ya muy tarde, por la Constitución de Cádiz, sin embargo estuvo vigente poco tiempo desde su publicación en 1813 hasta su abolición y vuelta al absolutismo en 1815, y de 1821 a su abolición por la Independencia.

Aun antes de que hubiera gobiernos mexicanos, Hidalgo en 1810 y Morelos en 1813 abolieron la esclavitud y las castas, al menos como aspiración social, pues nunca gobernaron para hacerlo realidad.

Con Agustín de Iturbide se tomaron determinaciones gubernamentales respecto a la desaparición de la esclavitud, con oposición de los propietarios de esclavos que se negaban a perder sus activos. 

Guadalupe Victoria pagó indemnizaciones y fue en 1829, cuando fue manumitido forzosamente el último esclavo en Texas por decreto de Vicente Guerrero, pero esa provincia infestada de sajones no aceptaba la liberación de la esclavitud siendo una de las razones esgrimidas para separarse de nuestro país.