Ciudad de México.- Con el objetivo de conmemorar el LIII aniversario de la declaratoria de la Dalia como Flor Nacional, el Subdelegado Administrativo, Francisco Javier López González acudió a la premiación de la expo Dalia en Viveros de Coyoacán.
En la Ciudad de México la producción de Dalia es de aproximadamente 800 mil plantas por ciclo anual, con un valor comercial cercano a los 2.6 millones de pesos, se producen principalmente en Xochimilco en los pueblos de San Luis Tlaxialtemalco con el 62% de la producción, seguido del Barrio de Caltongo con 16%, San Gregorio Atlapulco con 12%, Barrio Xaltocán y el centro de Xochimilco con 7% y el 3% restante corresponde a otras Delegaciones como Tláhuac.
Las variedades son criollas, muchas de ellas nativas de la región, y se producen por lo general en bolsa, con sustratos compuestos; aunque también existe la producción de variedades de importación, cuyo precio de venta se incrementa hasta en un 80%.
Otras entidades en las que se produce la Dalia son el Estado de México, Veracruz, Oaxaca, Nuevo León, Tamaulipas, Querétaro, Chiapas, Michoacán, Puebla, Jalisco, Chihuahua, Baja California y Zacatecas.
En 1963 el Presidente Adolfo López Mateos publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto por el cual se declara a la Dalia, como un símbolo de la floricultura de México, al considerarla como la Flor Nacional Mexicana, debido a su gran belleza, variedades de formas, tamaños y colores, y por ser una digna representante de la diversidad de flores nativas de México.
Este decreto surge a raíz de la propuesta de la Secretaría de Agricultura y Fomento, el Periódico Excelsior, la Secretaría de Educación Pública, el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Unión Nacional de Floricultores de la República Mexicana, por hacer de la Dalia la Flor Nacional, que ocurrió en la VII Exposición Nacional de Floricultura de 1962 y se concretó en 1963 con la publicación del decreto en el DOF.
La Presidencia de la República por medio de la entonces Secretaría de Agricultura y Fomento, convocó a siete Exposiciones Nacionales de Floricultura, dentro de los periodos de los Presidentes de México, Manuel ívila Camacho (1940-1946), Miguel Alemán Valdez (1946-1952) y Adolfo López Mateos (1958-1964).
Estos eventos fungían como certámenes para estimular mediante premiación a los floricultores que exponían los mejores ejemplares de la gran diversidad de flores mexicanas.