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Rubio y otros legisladores republicanos detrás de las medidas de Trump sobre Cuba: GRANMA

El diario cubano Granma publicó hoy este comentario sobre las nuevas medidas que ha tomado el presidente norteamericano Donald Trump sobre Cuba. En un amplio editorial titulado " "A quien ha escuchado Trump", publicado a un lado de una video trasmisión en directo del discurso de Trump, en la parte final dice: " De acuerdo con la información filtrada por la prensa estadounidense, la inmensa mayorí­a de las agencias gubernamentales recomendaron al presidente mantener el curso de las relaciones con La Habana tras llevar a cabo la revisión de la polí­tica ordenada por Trump.

El giro de timón provendrí­a entonces de la influencia de unos pocos legisladores de origen cubano que han utilizado artimañas polí­ticas y chantajes para secuestrar la polí­tica hacia Cuba y llevarla en una dirección contraria a la de la mayorí­a de los estadounidenses, 75 % de los cuales apoya el acercamiento, según una encuesta del Pew Research Center.

El sitio web Polí­tico reveló este jueves que el senador por la Florida Marco Rubio ayudó a elaborar los cambios propuestos por Trump, con aportes del representante por Miami, Mario Dí­az-Balart.

Rubio le habrí­a dicho en mayo a Trump que, para lograr un retroceso en las polí­ticas aprobadas por Obama, tendrí­a que obviar a las instituciones de su paí­s y a los funcionarios con experiencia en los departamentos del Tesoro y Comercio, pues estos serí­an reacios a regresar a la situación anterior.

La clave de la influencia de los legisladores republicanos radicarí­a en el uso de sus puestos en el Congreso para influir en las decisiones del presidente. Dí­az-Balart habrí­a negociado su voto en la Cámara baja para repeler el llamado Obamacare –una de las promesas de campaña de Trump– a cambio de que el mandatario revirtiera los cambios de Obama.

Por su parte, Rubio habrí­a utilizado su cercaní­a a Trump y los encuentros personales para «asesorarlo» sobre Cuba, un paí­s que no ha visitado jamás. Además, el senador cubanoamericano se vale de su asiento en el Comité de Inteligencia del Senado, que investiga las acciones de la campaña republicana, para ganar favores con Trump.

En otra muestra de los cí­rculos que rodean al presidente, para el discurso de este viernes en Miami se escogió un lugar simbólico de la ultraderecha terrorista de Miami, el teatro Manuel Artime.

Traidor de las fuerzas rebeldes que pelearon en la Sierra Maestra, Artime fue el lí­der civil de la brigada mercenaria 2506 durante la invasión por Playa Girón. Después, bajo órdenes de la CIA, participó en varios actos de sabotajes en la llamada Operación Mangosta.

El propio presidente ha mencionado el apoyo de la comunidad cubana en su importante victoria en el estado de la Florida y el respaldo del grupo de mercenarios que lo recibió en Miami cuando era candidato a las elecciones del 2016.

Sin embargo, los análisis del Pew Research Center muestran que, a pesar de que más cubanos votaron por Trump que cualquier otra comunidad latina, su tendencia a cambiar del partido rojo al azul se mantuvo en estas elecciones. Además, el voto cubano solo representa actualmente el 31 % de los latinos de la Florida y una parte mucho menor del padrón electoral.

En cualquier caso, la elección del sitio evidencia que Trump pretende complacer a un grupo que ni siquiera es mayoritario dentro de la comunidad cubana en esa ciudad, que de acuerdo a las más recientes encuestas apoya un acercamiento entre La Habana y Washington.

Según un reporte de USA Today, varias organizaciones de jóvenes cubanoamericanos tienen planificado protestar a las afueras del teatro si se confirma el camino de los anuncios.

Contrario al limitado apoyo de las posiciones de Rubio, Dí­az-Balart y la ultraderecha de Miami, durante las últimas semanas se ha desatado una inédita avalancha de pronunciamientos y llamados a mantener el curso de la polí­tica hacia

Cuba por parte de altos militares retirados, más de 40 empresas vinculadas al negocio de los viajes, dirigentes de gigantes como Google y Marriot, congresistas de ambos partidos, organizaciones de la comunidad cubana, los principales medios de prensa estadounidenses, lí­deres polí­ticos y sociales de todo el espectro e incluso varias entidades civiles desde la Isla.

«Se ha construido una coalición bien amplia», opina el presidente de la agencia de Viajes Educacionales a Cuba.

Pero Trump parece haber preferido escuchar únicamente a dos legisladores con intereses particulares y oscuros en el tema Cuba.

«Gente que no sabe nada y que nunca ha estado en Cuba está dirigiendo esta polí­tica», asegura Laverty. «La parte triste es que no se trata de polí­tica exterior, ni de la realidad en Cuba, sino de dos legisladores estadounidenses vendiendo sus votos».

Las medidas anunciadas y el simbolismo del lugar escogido, señalan que la Casa Blanca se dispone a un regreso de la Guerra Frí­a, precisamente la etapa que ambos paí­ses acordaron dejar atrás el 17 de diciembre del 2014.

Sea cual sea el camino final que emprenda la actual administración, Laverty cree que esta puede ser también una nueva oportunidad de «concentrarse en el Congreso y en levantar el bloqueo por completo».