BERLÍN — Después de que la coalición de gobierno alemana colapsara de manera dramática cuando el canciller, Olaf Scholz, despidiera al ministro de Finanzas Christian Lindner, del grupo proempresarial Demócratas Liberales, el canciller dijo que lideraría el país con un gobierno minoritario, a pesar de los llamados que los líderes de la oposición hicieron el jueves para realizar elecciones anticipadas.
El canciller dijo que el gobierno minoritario estaría compuesto por sus socialdemócratas y los Verdes hasta principios del próximo año, aun cuando el líder del mayor bloque de oposición en el parlamento, Friedrich Merz, de los democristianos de centroderecha, pidiera una votación de censura inmediata y nuevas elecciones.
Scholz enfatizó nuevamente el jueves que no quiere convocar una votación de confianza antes del 15 de enero.
“Los ciudadanos pronto tendrán la oportunidad de decidir de nuevo cómo proceder”, dijo el canciller, según la agencia de noticias alemana dpa. “Es su derecho. Por lo tanto, presentaré la votación de confianza al Bundestag a principios del próximo año”.
La reunión entre Merz y Scholz, realizada en la cancillería alrededor del mediodía del jueves, y en la que se habló de una posible fecha para la próxima elección, terminó después de menos de una hora. Merz no hizo comentarios sobre las conversaciones.
Más tarde el jueves, el presidente Frank-Walter Steinmeier entregó sus certificados de despido a Lindner, el ministro de Finanzas despedido, y a otros dos funcionarios de los Demócratas Liberales que habían renunciado: la ministra de Investigación Bettina Stark-Watzinger y el ministro de Justicia Marco Buschmann.
El ministro de Transporte, Volker Wissing, quien también pertenece a los Demócratas Liberales, dijo que después de hablar con Scholz, había decidido permanecer en el cargo y dejar el partido. Scholz le pidió que agregara el ministerio de justicia a su cartera.
Steinmeier también nombró a Jörg Kukies, asesor económico de Scholz, como ministro de Finanzas. El ministro de Agricultura Cem Özdemir de los Verdes aceptó hacerse cargo del ministerio de investigación.
Scholz había anunciado el miércoles por la noche que buscaría un voto de confianza el 15 de enero que, dijo, podría llevar a elecciones anticipadas, quizás, en marzo. La votación estaba prevista para septiembre próximo.
Tras despedir a su ministro de finanzas, el canciller acusó a Lindner de violar su confianza y pedir públicamente una política económica fundamentalmente diferente, incluyendo lo que Scholz dijo que serían recortes fiscales por miles de millones para unos pocos con grandes ingresos, al tiempo que se recortaban las pensiones para todos los jubilados.
“Eso no es decente”, dijo Scholz.
El canciller espera que su gobierno minoritario —los socialdemócratas de izquierda de Scholz con el miembro que se mantiene en la coalición, los ecologistas Verdes— obtenga el apoyo de los democristianos de Merz en el parlamento en las próximas semanas, para aprobar leyes importantes y tapar el agujero de miles de millones de euros en el presupuesto de 2025.
Sin embargo, el jueves por la mañana, Merz rechazó rotundamente el plan de Scholz de esperar a enero para celebrar una votación de confianza.
“La coalición ya no tiene mayoría en el Bundestag alemán y, por lo tanto, llamamos al canciller (...) a convocar un voto de confianza de inmediato, o a más tardar a principios de la próxima semana”, dijo Merz.
“Simplemente no podemos permitirnos un gobierno sin mayoría en Alemania durante varios meses, y luego hacer campaña durante varios meses más, y luego posiblemente llevar a cabo negociaciones de coalición durante varias semanas”, agregó Merz.
Dado que el gobierno de Scholz ya no tiene mayoría parlamentaria, es probable que pierda la votación. En ese caso, el presidente alemán disolvería el parlamento en un plazo de 21 días y podrían celebrarse elecciones anticipadas a partir de enero.
“Durante esos 21 días, tendremos tiempo suficiente para descubrir si hay algún asunto que tengamos que decidir juntos”, dijo Merz, que ofreció la cooperación de su partido al gobierno minoritario. “Por supuesto, estamos preparados para hablar (...) también estamos preparados para asumir la responsabilidad de nuestro país”.
Achim Wambach, del centro Leibniz de Investigación Económica Europea, cuestionó que un periodo prolongado con un gobierno minoritario sirviera para reconducir la economía alemana.
“Los problemas de Alemania son demasiado grandes para tolerar el estancamiento político”, dijo el analista.
“El gobierno propuso coordinar la transformación hacia la neutralidad climática con el crecimiento económico y la seguridad social”, añadió Wambach. “No ha cumplido ese plan. La economía se estanca y las inversiones no se materializan”.
“Esta enorme tarea se combinaba con tensiones geoeconómicas: guerras en Europa y Oriente Medio, así como intervenciones económicamente dañinas a través de aranceles y políticas de subsidios nacionales”, agregó. “La elección de Donald Trump ha exacerbado estos problemas. Europa debe hacer más por su seguridad y tendrá que lidiar con aranceles más altos”.
El colapso de la coalición se produjo tras semanas de disputas entre sus miembros sobre cómo impulsar la debilitada economía del país.
Los Demócratas Liberales proempresariales de Lindner había rechazado subidas de impuestos o cambios en los estrictos límites autoimpuestos de Alemania sobre la acumulación de la deuda. Los socialdemócratas de Scholz y los Verdes querían ver grandes inversiones estatales y rechazaron las propuestas de los Demócratas Liberales de recortar los programas de bienestar social.