FRÁNCFORT — Una brusca caída del precio del petróleo repercute en la economía global al dar mayor poder adquisitivo a los consumidores _en particular para el gran día de compras navideñas de los estadounidenses_ pero a la vez posiblemente reducir las inversiones en la producción petrolera en Estados Unidos.
Si bien la caída aún no es tan grande como la de 2014-2016, cuando el precio cayó a 26 dólares el barril, el impacto ya se hace sentir. El referente internacional Brent ha caído a menos de 65 dólares después de su pico de 86 dólares en octubre y el crudo estadounidense ha caído por debajo de los 55 dólares el barril.
El comercio minorista de Estados Unidos, que depende de las grandes compras navideñas, se beneficiará en la medida que la caída de los precios de la gasolina da mayor poder adquisitivo a los consumidores. Pero la caída de las inversiones en los estados productores de Estados Unidos podría impactar negativamente el crecimiento en general.
“La clave a tener presente es que la baja de los precios del petróleo es un lastre neto para la economía estadounidense. Esta es una enorme diferencia con el pasado”, dijo Ian Shepherdson, economista jefe de Pantheon Macroeconomics.
Shepherdson dijo que la caída del precio no significaba una gran amenaza para la economía estadounidense, pero afectaría el crecimiento “en los márgenes” al disiparse el impulso generado por la baja reciente de los impuestos.
En cuanto a Rusia, los analistas dicen que el gran productor de petróleo y gas está más blindado que antes de una caída del mercado porque ha encontrado la manera de equilibrar el presupuesto estatal cuando caen los precios. Es una de las razones por las que Rusia ha estado produciendo crudo a la mayor velocidad.