10/May/2024
Editoriales

La historia del Tío Sam

“El tío Sam” es el nombre con el que los norteamericanos designan coloquialmente a su Gobierno y a la Administración Federal. En el año de 1916 apareció en la portada del ‘Leslie Weekly’ un afiche -cartel- de un hombre con barba blanca y un sombrero de copa con estrellas, creado por el prestigiado ilustrador James Montgomery Flagg, para llamar la atención de los jóvenes estadounidenses que se requerían en el ejército norteamericano.

Este afiche personificó al comerciante Samuel Wilson, quien en la guerra contra los ingleses (1812 – 1815) había obtenido la concesión del suministro de la carne y otros alimentos a las tropas norteamericanas que en el frente de guerra esperaban siempre con ansia su llegada. Wilson cobró gran fama entre las tropas norteamericanas y su nombre coincidía con las iniciales que en todas partes veían los soldados, que eran ‘US’. El ingenio de los soldados llevó a popularizar la versión de que esas iniciales no querían decir Estados Unidos, sino ‘Tío Sam’ (Uncle Sam) refiriéndose a Samuel Wilson, y esa interpretación se desparramó en todos los frentes de guerra. La iniciales US  pintadas durante la campaña en los carromatos de aprovisionamiento, correspondían también a esa broma. Así que, cuando terminó la guerra, al principio se jugueteaba con esas iniciales diciendo que el negocio del Tío Sam había prosperado tanto que ya era propietario hasta de los tanques de guerra y de los equipos de transporte, pues todos tenían la marca US. Esos soldados cuando regresaron a sus hogares comentaban entre broma y serio que el Tío Sam ya era el dueño de Estados Unidos, así que se popularizó tanto que El Tío Sam es ya la personalización del gobierno de ese gran país.