11/May/2024
Editoriales

Picasso, el humilde

El famoso pintor malagueño Pablo Ruiz Picasso, que murió en 1973, era egocéntrico, pues ciertamente era grande, pero actuaba como si fuera gigante y que el mundo girara en su derredor. 

 Un día, en los años cincuenta del siglo pasado, estaba Picasso descansando en una playa del sur de Francia. Y hasta donde estaba el pintor muy quitado de la pena, llegó un niño con una hoja de papel blanco en la mano. 

 

 Era muy evidente que una persona mayor –tal vez sus padres- le habían enviado para pedirle un dibujo autógrafo y conseguir de esa sibilina forma una obra suya. De inmediato el célebre pintor se deshizo del papel y dibujó algo en la espalda del niño, firmándolo con su nombre. Días después, Picasso comentó esa anécdota diciendo: “me gustaría saber si le han vuelto sus padres a lavarle la espalda”. El mensaje furtivo que enviaba Picasso a sus oyentes, era que cualquier cosa suya tenía un valor incalculable.