Editoriales

¿Quién fue Mahoma?

Un señor muy bien educado me reclama por qué nunca escribo de otras religiones, sólo del cristianismo. Y tiene razón, debo hacerlo porque el sol sale para todos, así que hoy hablaré de la religión musulmana.

Los musulmanes veneran a Mahoma. Se refieren a él con el título de Profeta, seguido de la frase “bendígale Dios y le salve” (sal-la allahu 'alaihi wa sal-lam) o “la paz y la oración estén con él” ('alaihi as-salatu wa as-salam).

En la música musulmana en alabanza a Mahoma, destaca la de los sufíes, cuyas celebraciones son consideradas, por algunos, contrarias al espíritu del Islam. Pero todos los musulmanes coinciden en la grandeza del personaje y, en el Hadiz -tradición oral-, existen relatos de su vida y obra, así como también hay documentos escritos. 

Mahoma estaba meditando en una cueva del monte Hira, cerca de su ciudad -La Meca-, y durante un sueño se le apareció el arcángel Gabriel, mostrándole el texto completo del Corán y le dijo “lee”, ordenándole que anunciara la nueva doctrina en el nombre del Dios único, clemente, misericordioso…

Tenía Mahoma unos 40 años; era buen hombre, pero iletrado. ¿cómo creerle que  acababa de recibir una encomienda divina? La primera vez que se sintió llamado por Dios fue en el mes de Ramadán del año 610. Pero hubo de pasar un siglo para que los ejércitos musulmanes extendieran su dominio desde la India hasta la península Ibérica, y su doctrina conocida y practicada por decenas de millones de fieles. Actualmente se calcula que son unos mil millones en el mundo.

Mahoma jamás pretendió hacer milagros, pero convirtió a La Meca –pequeña ciudad situada al oeste del desierto de Arabia- en la sede del credo monoteísta y de un impulso conquistador que barrió con los poderes políticos, militares y religiosos en una extensión de más de 10 millones de kilómetros cuadrados, derrotando a los ejércitos de los imperios dominantes en ese tiempo: el Bizancio y la Persia Sasánida.

¿Quién fue Mahoma?

Nació hacia el año de 570, en una familia pobre del clan Hachemí, que peleaba con el clan de Omeya el control de La Meca. Su padre Abadallah murió antes de que naciera, y su madre Amina, al no tener recursos lo entregó a Halima, una nodriza que lo amamantó en el desierto y que murió en Medina, cuando Mahoma tenía 7 años de edad. Esta relación con Halima y la ciudad de Medina fueron cruciales para la consolidación de la nueva doctrina, 50 años después.

Huérfano y pobre, fue protegido por su tío Abu Thaleb. Se cree que en su juventud fue pastor y participó en caravanas comerciales, en las que se ligó a Jadicha, una rica viuda de La Meca, quien lo desposó. Ella era unos 15 años mayor que él, y tuvieron  siete hijos (tres varones muertos durante su infancia, y cuatro mujeres) de las cuales solo Fátima, su última hija sobrevivió y tuvo descendencia.

Alrededor del año 600 viajó a Persia, Siria y Palestina, en donde se instruyó en las religiones cristiana, judaica y mazdeísta, pues en Arabia había comunidades cristianas y los judíos tenían prestigio. En las cavernas del norte, por ejemplo, pervivía una significativa secta, los Estenios, refugiada allí tras las persecuciones romanas.  

Mahoma tardó tiempo en conseguir discípulos. La primera que creyó en él fue su esposa Jadicha, luego su primo Alí ben Abu Talib, que era también su yerno quien, a su muerte, tuvo el privilegio de ser el primer califa de Arabia. La carrera de Mahoma fue plena de éxitos militares y políticos, aparejados con su imagen religiosa.

A la muerte de Jadicha, Mahoma casó hasta con doce mujeres, nueve de ellas al mismo tiempo, y su liderazgo reunió bajo una misma fe y bandera a las dispersas tribus de la península arábiga, permitiendo que bajo las órdenes de sus sucesores, el pueblo musulmán conquistara un extenso imperio que iba desde el Indo hasta el Atlántico.

Este caudillo militar, político y religioso irrumpió en la historia mundial legando costumbres alrededor de una cultura religiosa que continúa expandiéndose. 

Servido, JM.