Washington - Cerca del primer triunfo legislativo importante de su periodo, el presidente Donald Trump defendió el sábado la reforma fiscal republicana al considerarla un buen acuerdo para la clase media, al tiempo que sugirió enérgicamente que podría llevar al país a un explosivo crecimiento económico.
El proyecto, cuya aprobación el Partido Republicano pretende forzar en el Congreso la próxima semana, reduciría los impuestos que pagan los estadounidenses más ricos. Los beneficios para la mayoría del resto de los contribuyentes serían menores, pero Trump trató de vender el proyecto de ley como un “presente de Navidad” para los estadounidenses de clase media en parte porque detonaría un crecimiento de empleo.
“Será fantástico para las personas de ingreso medio y para los empleos, más que nada”, dijo Trump a los reporteros en el jardín de la Casa Blanca antes de viajar al retiro presidencial de Camp David por el fin de semana. “Y diré que por lo que hemos hecho con la regulación y otras cosas que a nuestra economía le va fantásticamente bien, pero tiene otro gran paso que dar y no puede dar ese gran paso a menos que realicemos la reforma fiscal”.
Habituado a la exageración, Trump también predijo que la ley causaría que la economía se dispare más allá de su actual tasa de crecimiento de 3%.
“Pienso que podríamos llegar a 4, 5 o incluso 6%, básicamente”, aseveró el presidente. “Estamos de vuelta. En verdad vamos a empezar a impulsarnos”.
Muchos economistas creen que lograr un constante crecimiento anual de 4 o 5% sería sumamente difícil. La última vez que la nación alcanzó un crecimiento de 5% fue en 1984.
Es la reforma más amplia del código tributario en tres décadas y se prevé que aumentará la deuda nacional, que ya suma 20 billones de dólares. Se proyecta que los recortes de impuestos sumarán 1,46 billones en una década.
El proyecto reduciría el impuesto sobre las empresas del actual 35% a 21%, lo cual para muchos republicanos es la joya de la corona. Trump y los líderes republicanos esperaban reducirlo a 20%, pero agregaron un punto para permitir otros recortes que ganaron el voto de legisladores vacilantes en las últimas negociaciones.
“Esto es una realidad. La reforma fiscal bajo el control republicano de Washington es una realidad”, dijo el presidente de la cámara baja, Paul Ryan, en una conferencia telefónica el viernes con miembros de base del partido. “La mayoría de los detractores no creían que pudiera suceder... Y ahora estamos en el umbral de algo verdaderamente histórico”.
En su intento de obtener el primer triunfo legislativo importante de la presidencia de Donald Trump, los republicanos dicen haber reunido los votos suficientes para aprobar una vasta reforma fiscal que el mandatario esperaba presentar a los estadounidenses para Navidad.
Además derogaría una parte importante de la ley de salud del presidente Barack Obama _el requisito de que los estadounidenses que no tengan seguro de salud paguen una multa por ello_ en el intento de socavar una ley que los republicanos no pudieron derogar a mediados de año.
Los republicanos obtuvieron el apoyo que les faltaba para aprobar la reforma el viernes por la noche, cuando varios senadores vacilantes le dieron su respaldo.
El proyecto encarna el concepto republicano de que una fuerte rebaja de impuestos a las empresas estimulará el crecimiento económico y la creación de empleos.
Los demócratas probablemente votarán contra el proyecto de manera unánime.
“Bajo este proyecto, la clase trabajadora, la clase media y la clase media alta sufren mientras los ricos y las grandes empresas se enriquecen como bandidos”, dijo el líder del bloque minoritario en el Senado, Chuck Schumer, de Nueva York. “Es lo contrario de lo que necesita Estados Unidos, y los republicanos deplorarán el día que lo aprueben”.