10/May/2024
Editoriales

Al rescate de los nuestros

Nuestra sociedad se está desmoronando asediada por la mentira, el odio, la falta de respeto, y la impiedad.

Cuando un terremoto derrumba una ciudad, los sobrevivientes buscan a sus seres queridos atrapados entre las ruinas de sus casas.

No se trata de gente excepcional, o que no sufrieron daños en sus viviendas o centros de trabajo. No. Ellos sólo estaban lejos de los edificios colapsados, o sus casas dañadas permanecieron de pie.

Pero sin importarles el riesgo, escarban entre los escombros para rescatar a la gente que aman, a sus familiares o amistades.

Ahora ante el desmoronamiento de las estructuras sociales, los únicos que podemos hacer algo somos los sobrevivientes de la tragedia, que desde luego no somos ángeles, pero hasta ahora no hemos caído en la telaraña del carisma que arrastra a la ruindad.

Busquemos a los nuestros para recordarles lo que es la vida sin mentiras ni odio, sin impiedad, y sin faltarles al respeto a quienes nos han tendido la mano.    

Hagámoslos entender que no son sus enemigos quienes viven de forma diferente, que seguimos siendo los mismos, los de antes que la insidia nos dividiera...

Que los ricos no son enemigos de los pobres, que leer y estudiar más es bueno, que nuestros jugadores de la selección nacional no son despreciables sólo porque perdieron, y que los empleados de los OXXOS son sus socios.

Recordémosles cuando los odiados eran los delincuentes y quienes blofeaban con sus calificaciones escolares.

Rescatémoslos de ese sismo verborreico que derrumba los edificios de una sociedad pacífica, para que se re encuentren con la escala de valores sociales que los formó como gente de bien.