18/May/2024
Editoriales

Un ex presidiario, gobernador de NL

El lampacense Antonio Irineo Villarreal González -Antonio I. Villarreal- es un personaje destacado de la política nacional durante la histórica etapa de la Revolución Mexicana. Alcanzó a volar en las alturas cuando fue aspirante fallido a la Presidencia de la República en tres ocasiones, y ministro de agricultura con el presidente Álvaro Obregón. Villarreal fue gobernador de Nuevo León, recordándose por haber dictado disposiciones en materia laboral que beneficiaron a la clase trabajadora, por haber prohibido la práctica del culto religioso en público, y por haber mandado la destrucción del histórico Templo de San Francisco. Sin embargo, a Villarreal se le debe la construcción de la Plaza de la República, hoy convertida en una explanada cultural ubicada entre las calles Washington, Zaragoza, 5 de Mayo y Zuazua, obra que implicó la expropiación de propiedades en las que vivían regiomontanos con recursos económicos para defenderse en los tribunales. 

Antonio I. Villarreal tiene en su pasado un funesto antecedente bien documentado por el historiador Rodolfo de León, consistente en un asesinato que cometió en una riña celebrada en la ciudad de Villaldama cuando tenía una veintena de años de edad.

Su enfrentamiento físico con José L. Flores, otro joven con quien Villarreal había convivido previamente, inició porque Flores lo insultó, se dieron ‘guantadas’ y por ese motivo el pleito terminó en tragedia, pues el joven Antonio le disparó a Flores a quemarropa.

Según la investigación realizada por José G. González, alcalde segundo de Villaldama, así como Eduardo L. Zambrano, y Jesús María Argueta, hubo un pleito entrambos jóvenes que discutieron asuntos baladíes, pero que subió de tono cuando cada uno de ellos consiguió pistolas que utilizaron en el Hotel México de esa municipalidad.

Gregorio Lecea se llamaba otro joven que acompañó a Antonio I. Villarreal en su entrega ante la autoridad confeso del crimen cometido, y fue testigo en el juicio. 

Se debe subrayar que el joven Villarreal fue hasta la casa del alcalde a entregarse, lo que habla bien de su honestidad personal, siendo condenado a seis años y ocho meses de prisión.

Sin embargo, antes de gobernar nuestro estado, Villarreal tiene otro antecedente de haber estado recluido en una cárcel.

Estado en plena lucha ideológica contra del presidente Porfirio Díaz, Villarreal estuvo preso por tres años en Yuma, Arizona, junto a los hermanos Flores Magón, luego de haber sido secretario del Partido Liberal Mexicano.         

En tiempos pasados, el antecedente de haber sido prisionero por asuntos de carácter político, era un pasaporte para ser considerado una celebridad. 

Mientras ahora es motivo de animadversión popular.