07/Sep/2024
Editoriales

Las Milicias Negras en América. Y su Causa Independentista en México (Primera Parte)

Milicia tiene diversas acepciones, de entre ellas, mencionamos: el servicio o profesión militar; la carrera de las armas; tropa o gente de guerra; ciertos cuerpos militares destinados a servicio menos activos que los del ejército de línea; e incluso con el nombre de Milicia angélica se designa a las legiones celestiales. Las Milicias tales y como nosotros las conocemos tienen antecedentes en la época de los romanos. Existía una Milicia auxiliar que en ciertos casos acudía en socorro de los comitatenses y los ripuarienses que estaban apostados en los límites (murallas que servían de frontera y que separaban el mundo romano-latino de los bárbaros); esta organización de tropas de Milicias se remonta tan sólo a la época del gobierno del emperador Diocleciano (fines del siglo III y principios del siglo IV). Además de los foederati, Diocleciano había reorganizado al ejército romano en comitatenses, ripuarienses y limitanei. En una palabra, existían tropas que guarnecían los límites y un ejército de reserva que acudía a taponar la grieta de esos límites cuando se presentaba el peligro de invasión bárbara... -(Circa fines del siglo III de la Era Vulgar).

 Por otra parte se estima que entre el siglo XVI y finales del siglo XIX alrededor de 12.5 millones de africanos y africanas fueron sacados a la fuerza de sus tierras de origen y llevados a América para ser vendidos y realizar tareas forzadas de diferentes índoles.

 Según el historiador Gregory Mixon en su texto “sobre la caída y auge de las milicias negras para los afrodescendientes”. la milicia fue un vehículo para establecer su sentido de pertenencia y participación en los emergentes estados nacionales de América del Norte y del Sur. Mientras que en Latinoamérica esta emergió como componente de las guerras independentistas Y civiles que marcaron la construcción de los estados-nación en la primera mitad del xix, en EE.UU. los negros libres formaron milicias para defender sus cuerpos, alcanzar autonomía económica y política, y afirmar su ciudadanía y su libertad.

 La historiadora Ulrike Bock.- (2013,10-11) destaca en su texto “entre españoles y ciudadanos” que en el caso de la sociedad novohispana, la posición de los afrodescendientes era ambivalente: tradicionalmente, el estigma social de ser considerados descendientes de esclavos hizo que se les imputara el rango social más bajo entre todos los grupos sociales. Por otro lado, su concentración en los espacios urbanos y su pertenencia a la milicia ofrecieron algunas posibilidades de ascenso social a una parte de esta población.

 La participación afrodescendiente en las milicias de la América Española se inició en el siglo xvi en México, donde pardos y morenos sirvieron en la defensa militar novohispana tanto voluntaria como compulsivamente. Con la intención de abandonar los peldaños más bajos de la sociedad colonial (incluyendo el abandono de la esclavitud), los milicianos afro-mexicanos se alistaron para obtener,

 De manera eventual, la confianza de los funcionarios coloniales. Al convertirse en individuos independientes como parte de las fuerzas de defensa del sistema colonial, también obtenían la autonomía de la libertad económica, experiencia como líderes de milicias negras y acceso a algunos derechos legales. La perseverancia en el servicio militar y el uso de algunos privilegios

 Principalmente el fuero militar– obtenidos como miembros del sistema militar colonial, les Dieron a los milicianos negros del Imperio español en las Américas un grado de autonomía menor que el de los criollos, pero mayor que el de los esclavos. Jane Landers afirma que el fuero militar era un derecho corporativo, un medio para crear conciencia de grupo cuyas provisiones  proporcionaron a los milicianos pardos y morenos igual estatus jurídico que a los milicianos blancos. Este los eximía de ser juzgados en tribunales civiles  y les facilitaba no sólo una justicia más igualitaria, sino derecho a hospitalización, jubilación y servicios funerarios, así como algunas exenciones fiscales.- (Howard, 1998: 30-32; Landers, 2010: 50, 140, 142; Vinson, 2001: 16, 21).

 

 El Doctor Mixon continúa relatando, que durante la era de las revoluciones atlánticas, a finales del siglo xviii e inicios del xix, los milicianos afrodescendientes comprobaron los límites del sistema político republicano de los Estados Unidos y la América española independiente, del gobierno colonial español, y de las comunidades autónomas negras viviendo como cimarrones. ).“Individuo africano o afrodescendiente que huía del aberrante sistema de esclavitud, el cual estuvo activo durante casi cuatrocientos años”.- (Blanchard, 2006: 255-270; Landers, 2010: caps. 1 y 4).

 

 Todos ellos ofrecieron posibilidades para acabar con la esclavitud y alcanzar la libertad, si bien este objetivo se mantuvo esquivo. Los esclavos, según Peter Blanchard, aprovecharon la oportunidad sin precedentes [de las guerras de independencia en las Américas] para participar en las actividades militares al tiempo que socavaban la institución de la esclavitud que los mantenía cautivos. Los blancos, tanto aquellos favorables a la independencia de España como los partidarios de seguir bajo su dominio, reclutaron esclavos y negros libres para su causa, con la libertad como recompensa por el servicio militar. Como resultado, afirma Blanchard, los esclavos jugaron un papel protagónico en las luchas coloniales, combatiendo para preservar los lazos imperiales así como para destruirlos. 

 Aunque al prometer la libertad los blancos tenían su propia agenda, los negros, arguye Blanchard, también la tenían. 

  Ellos buscaron la libertad evitando acabar «heridos, capturados o muertos». La libertad, para ellos, era una recompensa para ser disfrutada terrenalmente y no en la otra vida. Negros y mulatos libres presionaron para abolir la esclavitud y el régimen de castas a cambio del apoyo negro fuera para la causa patriota o para la realista.- (Landers, 2010: 1-7, 13; Blanchard, 2006: 255, 258, 263-265, 267-268).

  Los milicianos negros de la Cuba colonial, observa Jane Landers, «pasaron hasta veinte años lejos de sus hogares», defendiendo las fronteras de Luisiana, Florida, Yucatán y México. Su servicio militar durante la era revolucionaria fue transformador: convirtió a los esclavos en soldados [realistas] a pesar de tener salarios bajos, riesgos enormes y una discriminación racial persistente”. Los afrodescendientes alistados, en consecuencia, vieron a la Corona Española como un gobierno que no solo los liberaría, sino que los incorporaría al imperio comandado por la Corona y sus representantes. Así, los afrodescendientes consideraron que obtendrían una mayor recompensa si se preservaban las colonias españolas como parte del Imperio que si apoyaban el proyecto patriota,

Que en la mayoría de los casos no les proporcionó la libertad plena.- (Blanchard, 2006: 262-264; Landers, 2006: 128-129, 134-146).

 

  Pero la monarquía y el liberalismo republicano también fallaron a los milicianos negros debido a las respuestas monárquicas a las revoluciones francesa y haitiana, a las guerras napoleónicas y a las revueltas coloniales. En 1812 algunos esclavos cubanos creyeron que los monarcas de España, Inglaterra, Haití y el Congo, estaban detrás de los rumores populares sobre los libertadores negros y la abolición. Pero tanto esclavos como negros libres y milicianos de color creyeron que fuerzas de naturaleza local se oponían a la concesión de la libertad. Las autoridades coloniales españolas no solo evitaron el poner fin a la esclavitud, sino que, al tiempo que la protegían, atacaron los derechos colectivos de los libres y los milicianos de color.- (Landers 2006: 156-165.- detalla que hubo revueltas en Bayamo, Holguín, Puerto Príncipe y La Habana).

 

 En respuesta, los miembros de las milicias de color recordaron a las autoridades españolas que habían servido lealmente en la milicia usando «dibujos de soldados negros libres uniformados, defendiendo a los blancos». En La Habana, miembros de la milicia de color y del cabildo organizaron a los esclavos y a los negros y mulatos libres para desafiar al gobierno colonial, a quien consideraban responsable de obstruir la llegada de la libertad y los derechos concedidos por la Corona. Los rebeldes propusieron acabar con los sistemas que daban poder a las élites locales: el tráfico de esclavos transatlántico y la esclavitud. Supuestamente liderados por el miliciano libre negro y líder de cabildo José Antonio Aponte, cuya biblioteca personal incluía retratos del rey Carlos III y de los líderes de la revolución esclava de Haití: Toussaint Louverture, Henri Christophe y Jean-Jacques Dessalines, la revuelta de 1812 unió a los afrodescendientes en un movimiento paralelo al que, según las autoridades cubanas, produjo la revolución haitiana.- (Howard, 1998: 17-48; Landers, 2010.- 158).

  En último extremo, el miedo a que los blancos se independizaran y los negros destruyeran la esclavitud, el tráfico y la agricultura de plantación, fue más fuerte que el intento de proporcionar ciudadanía, inclusión y derechos civiles a los negros y mulatos de Cuba. Los milicianos y sus seguidores pagaron con su vida por este intento fallido. La revuelta de 1812 resultó en un intenso ataque contra los derechos corporativos de las milicias de pardos y morenos, pese a su énfasis en su historial de servicios a la colonia, la monarquía hispánica y las distantes Cortes  del gobierno constitucional español. Landers afirma que «los negros cubanos libres... celebraron los nuevos derechos» concedidos por la Constitución de Cádiz. Esta revirtió algunas prohibiciones raciales tradicionales, brindando mayores oportunidades en educación. Michele Reid-Vazquez afirma, en cambio, que las Cortes ofrecieron poca satisfacción legal o política para las poblaciones afrodescendientes de las Américas. En concreto, la Constitución no abolió la esclavitud y no concedió el sufragio a negros y mulatos, mientras que mantuvo las jerarquías raciales, ya que la igualdad racial produciría “graves inconvenientes” para las jerarquías sociales establecidas.

 Entre 1527 y 1528, el precio de un esclavo podía variar entre dos y diez pesos. El precio hacia 1531 era de diez pesos. Entre 1536 y 1538 los precios fluctuaban entre 26 y 78 pesos. Hacia 1550, con la escasez de mano de obra, el precio por esclavo podía alcanzar hasta 200 pesos. Sin olvidar que estos datos reflejan sólo la venta legal de los esclavos. -(de la esclavitud al servicio personal. Isabel Fernández Tejedo, P.409.422.)

  Tanto Landers como Reid-Vazquez concluyen que la frustración de los negros creció con el doble fracaso de la Corona, al no proporcionar ni libertad ni un constitucionalismo democrático. Landers afirma que al final, la distante monarquía española se mostró desleal, aunque los Afrodescendientes pondrían sus esperanzas por la libertad en una relación personal con un monarca distante, mientras continuamente buscaban alternativas a lo largo del siglo. Apoyaron a las monarquías europeas porque «para muchos de ellos la monarquía era la mejor opción», ya que les permitió alcanzar libertad, propiedad y, al menos, una limitada prosperidad.  La restauración absolutista después de las guerras napoleónicas, sin embargo, apoyó a la agricultura de plantación sin fisuras, forzando a los negros libres a buscar otros modelos y posibilidades que permitieran luchar contra los pilares de la sociedad de plantación.- (Landers, 2006: 158-165, 174, 233-235; Reid-Vazquez, 2011: 123-125).

 

 El historiador George Reíd Andrews también considera el período que va de la era de las revoluciones atlánticas a mediados del siglo xix. Donde presenta a los afrodescendientes como actores centrales en la búsqueda de la ciudadanía en un contexto de reestructuración de las sociedades del Nuevo Mundo. Al emerger nuevos estados nacionales liberales, a menudo sumidos en guerras civiles para definir su naturaleza, las milicias de pardos y morenos fueron un instrumento

 

 Para luchar por los derechos plenos de ciudadanía. Aunque estas defendían y dependían de la autoridad que emergía de las colonias de plantación para su existencia, la construcción nacional ofreció atractivas oportunidades de libertad para los grupos sociales que habían sido excluidos de las posiciones de poder y privilegio durante el período colonial. La autopercepción de los milicianos negros a través de las Américas les llevó a ver las guerras como oportunidades para asegurar su inclusión en los nuevos estados.