Puebla.- A México "no le incumbe ni tiene por qué meterse en el picoteo" que a largo de la historia han mantenido los Estados Unidos y Rusia, declaró Andrés Manuel López Obrador, precandidato presidencial de la coalición ‘Juntos Haremos Historia’.
Después de la recomendación que hizo el secretario de Estado, Rex Tillerson, al gobierno federal para estar atentos del comportamiento ruso durante el actual proceso electoral, López Obrador exigió a Donald Trump que deje de utilizar a México como tema de campaña para su reelección en Estados Unidos o ganar adeptos entre los que se dejan engañar.
“Lo vamos a convencer, le vamos a recomendar que use para campaña otros temas, tienen hay muchos temas que le pueden dar muchos votos, pero que no se estén recargando en desacreditar a México, que no nos agarre a nosotros como pretexto para ganarse la simpatía de los que están mal informados en Estados Unidos" manifestó López Obrador al término de un acto de precampaña en Chiautla, Puebla.
Al reiterar que el pueblo de México no permitirá ningún tipo de intervención extranjera en la disputa por la presidencia, el tabasqueño aconsejó a Trump diversos temas en educación y combate a la pobreza en su país, los cuales le darían muchos votos y popularidad para alcanzar la reelección, en lugar de insistir en la idea de construir un muro o militarizar la frontera entre el vecino país y México.
“Por ejemplo, podría hacer una campaña para que no se consuma tanta droga en los Estados Unidos, eso se lo voy a recomendar, que haga una campaña con todo el ímpetu que lo caracteriza en contra de las drogas en Estados Unidos", propuso AMLO.
Además en cuanto a la “guerra sucia” que pretende vincularlo con el gobierno ruso, el aspirante presidencial anunció que seguirá "pitorreándose" del chiste de mal gusto lanzado desde “la mafia del poder”, en su agravio.
“Yo puedo seguir diciendo que estoy esperando al submarino ruso que me va traer el oro de Moscú, voy a seguir pitorreándome de eso, no es serio, para nada", dijo.
Finalmente dijo que confía que el gobierno de Estados Unidos haga público su compromiso de no interferir en la elección mexicana, como ocurrió en el 2006, cuando desde la vicepresidencia de ese país se hizo la declaración correspondiente.