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Trabajo Infantil, flagelo que impide desarrollo pleno de los países

México - Debido a que las actividades laborales realizadas por niños los ponen en riesgo, los privan de la escuela o les exigen asumir una doble carga, el 12 de junio se conmemora el Dí­a Mundial contra el Trabajo Infantil, a fin de concentrar la atención en su magnitud y en las medidas para erradicarlo.

Creada en 2002, esta fecha es la oportunidad de fomentar y coordinar las iniciativas de los gobiernos, patrones y sindicatos, de la sociedad civil, los medios de comunicación y muchos otros actores locales, como escuelas y ayuntamientos, en la lucha contra el trabajo infantil.

En 2017, este dí­a se centrará en el impacto de los conflictos y desastres naturales en el trabajo infantil, debido a que anualmente unos 200 millones de personas son ví­ctimas de catástrofes naturales y un tercio de ellos son niños.

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el mundo más de mil 500 millones de personas viven en paí­ses afectados por conflictos, la violencia o la inestabilidad, y una proporción importante de los 168 millones de niños ví­ctimas del trabajo infantil vive en esas zonas.

Los conflictos y las catástrofes tienen un impacto devastador en la vida de las personas, los obligan a huir de sus hogares, destruyen sus medios de subsistencia, los hacen caer en la pobreza y el hambre, y los niños suelen ser las primeras ví­ctimas de esas situaciones, cuando las escuelas son destruidas y los servicios básicos son interrumpidos.

Muchos niños son desplazados o refugiados en otros paí­ses, y son particularmente vulnerables a la trata y al trabajo infantil.

Al respecto, la OIT destacó la necesidad de intensificar y acelerar los esfuerzos para erradicar esa práctica, incluso en las zonas afectadas por los conflictos y los desastres.

Entre los objetivos está "asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, a más tardar en 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas".

En México, la tasa de ocupación de la población de cinco a 17 años es de 8.4 por cada 100 niñas y niños en ese rango de edad, lo que corresponde a dos millones 475 mil 989 infantes que realizan alguna actividad económica.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadí­stica y Geografí­a (Inegi), del total de menores ocupados, 69.8 por ciento son niños y 30.2 por ciento son niñas, lo que representa una tasa de 11.5 ocupados por cada 100 niños y 5.2 ocupadas por cada 100 niñas.

Los principales motivos por los cuales los menores de edad realizan algún trabajo económico son para pagar su escuela y/o sus propios gastos, por gusto o sólo por ayudar y porque el hogar necesita de su trabajo.

De las niñas, niños y adolescentes ocupados, 42.5 por ciento no recibe un ingreso, seguidos por aquellos que reciben hasta un salario mí­nimo (28.8 por ciento) y solamente 7.5 por ciento perciben ingresos mayores a dos salarios mí­nimos.

Los infantes que trabajan, lo hacen principalmente en actividades agrí­colas, ganaderas, forestales, caza y pesca; en la minerí­a, la construcción y como comerciantes.

El trabajo infantil prohibido en el derecho internacional queda comprendido en tres categorí­as: Las formas que internacionalmente se definen como esclavitud, trata de personas, servidumbre por deudas y otras formas de trabajo forzoso, reclutamiento de niños para utilizarlos en conflictos armados, prostitución y pornografí­a.

Además de un trabajo realizado por un niño que no alcanza la edad mí­nima especificada para ese tipo de empleo y que, por consiguiente, impida probablemente la educación y su pleno desarrollo.

Así­ como un trabajo que ponga en peligro el bienestar fí­sico, mental o moral del infante, ya sea por su propia naturaleza o por las condiciones en que se realiza, y que se denomina "trabajo peligroso".