El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, viajó el lunes a Estados Unidos, donde se reunirá con Donald Trump, cuyas promesas favorables a Israel durante la campaña electoral podrían chocar con la realidad de las relaciones diplomáticas.
Antes de entrevistarse con el nuevo presidente estadounidense, el jefe del Gobierno israelí se reunirá este martes con el secretario de Estado Rex Tillerson en una cena de trabajo.
Netanyahu y su Ejecutivo, considerado el más a la derecha de la historia israelí, ven en la llegada de Trump el comienzo de una nueva era tras ocho años de tensiones con la administración Obama, a causa de las colonias e Irán.
En el aeropuerto Ben Gurion, poco antes de su partida, el primer ministro afirmó que "la alianza con EEUU siempre fue extremadamente fuerte. Y lo será aún más (...) El presidente Trump y yo tenemos una visión similar sobre los peligros que emanan de la región, pero también de las ocasiones" que se presentan, destacó.
Sin embargo, tras su investidura Trump matizó sus declaraciones de campaña, las cuales habían alentado a una parte de la derecha israelí y a algunos ministros del gobierno a reclamar una colonización desenfrenada y la anexión de Cisjordania ocupada.
Presionado por el auge del sector aún más derechista que el suyo y las investigaciones policiales en su contra por presunta corrupción, Netanyahu anunció el 20 de enero la construcción de más de 5.000 viviendas de colonos en Cisjordania y el primer asentamiento impulsado por el propio Gobierno desde hace más de 20 años.
Tras dos semanas de silencio, la Casa Blanca fijó sus límites.
El viernes, en un diario israelí, el propio Trump declaró que no creía que la expansión de las colonias "sea buena para la paz". Añadiendo que quiere un "buen acuerdo" para todas las partes, pero que israelíes y palestinos deben mostrarse "razonables".
AFP/Archivos / Jack GuezVista del exterior de la embajada estadounidense en Tel Aviv, el 20 de enero de 2017
El mensaje a Israel y su derecha radical es: Trump no dará un cheque en blanco al gran aliado de EEUU y reserva sus opciones para presidir un acuerdo, según expertos.
"En Washington, Benjamin Netanyahu probará su margen de maniobra sobre la colonización", dijo a AFP Marc Heller, politólogo del Instituto para Estudios sobre Seguridad Nacional (INSS, por sus siglas en inglés). "Desde hace tres semanas, Donald Trump se expresa diferente, hay que actuar con prudencia", sugiere el diputado Michael Oren, viceministro encargado de la diplomacia en la oficina del primer ministro.
Estas declaraciones están dirigidas al ministro de Educación, Naftali Bennett, jefe del partido nacionalista religioso Hogar Judío y líder de la reivindicación de la colonización y anexión.
El sábado, éste presionó abiertamente al primer ministro para que aproveche la "ocasión histórica" de informar a Trump de que ya no apoya la creación de un Estado palestino que coexista con Israel.
- Irán y Hezbolá en la agenda -
Netanyahu le respondió el domingo en consejo de ministros que pensaba comunicarle a Trump su apoyo a la solución con dos Estados, pero denunciando la mala voluntad palestina, según la prensa israelí.
"Benjamin Netanyahu llegará presentando la solución con dos Estados como un punto de vista y propondrá esbozar entre medio posibles acuerdos interinos aceptables para los palestinos", añade Oren.
En cuanto al traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén, Heller y la mayoría de comentaristas estiman que este asunto "es marginal, en la medida que esta promesa tiene pocas posibilidades de ser cumplida".
En contrapartida, Netanyahu cuenta con poner el acento sobre Irán, enemigo número uno de Israel. Fue uno de los más feroces detractores del acuerdo de 2015 entre Irán y las grandes potencias sobre el programa nuclear iraní, al que calificó de "error histórico".
AFP/Archivos / Mandel NganEl primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un coche tras reunirse con Donald Trump, en Nueva York, el 25 de septiembre de 2016
De la misma manera, Trump dijo en su campaña que el acuerdo era "lo más estúpido" que había conocido.
"Pero el (acuerdo) nuclear está lejos de ser el único motivo de preocupación respecto a Irán: Netanyahu quiere explicar al presidente que EEUU debería impedir una presencia militar iraní permanente en Siria y en las proximidades de las fronteras israelíes, lo que constituye una amenaza estratégica", subraya el responsable.