24/May/2024
Editoriales

El parto de las nuevas comunicaciones

Las comunicaciones dieron un gran salto cuando Samuel Morse inventó el telégrafo en 1833. Ya se podía comunicar cualquier persona con otra a grandes distancias en forma instantánea, lo que parecía un acto de magia. La única tarea por hacer era tender líneas de postes y cable para hacer de la humanidad una especie comunicada totalmente. Sin embargo, antes de que pasara medio siglo nacería el escocés Alexander Graham Bell que en 1876 patentaría con el número 175,465 un invento llamado teléfono.

Esto coronaba un sueño que siempre persiguió Alexander, quien al igual que su padre dedicó toda su vida y energía a estudiar los sistemas de comunicaciones. De niño intentó que su perro gruñera palabras, y con su hermano mayor fabricó una “máquina parlante”, que seguía el modelo de la laringe de un cordero y que cuando soplaba por un tubo en el interior se generaba un sonido aunque sin sentido, daba la impresión de ser emitido por un humano. La familia Bell emigró a Canadá en 1870 en donde Bell se dedicó a enseñar a hablar a niños sordos, y siempre consideró que su profesión era ser maestro de sordos. En 1871 fue a Boston, EUA a enseñar fisiología vocal y de noche hacía sus experimentos. Ya para 1874 tenía claros los principios del teléfono y en 1875, alentado por un trabajo parecido, de Elisha Gray, un inventor de Chicago, incrementó sus investigaciones, contratando incluso a un ayudante llamado Thomas A. Watson.

Hasta que Bell envió a su ayudante que estaba en otra habitación, la primera voz compuesta en inglés transmitida por teléfono. Al año siguiente, Gardiner Greene Hubbard, un hombre de negocios de Boston, organizaba la Bell Telephone Company, mientras el inventor de 29 años estaba viajando de luna de miel. En su primera fase tecnológica, el sonido de la voz por teléfono viajaba a un máximo de 160 kilómetros de distancia. Desde luego que esto no acababa ahí, sino por el contrario, apenas empezaba pues los siguientes pasos los dieron las posteriores generaciones de científicos para que el teléfono pudiera llegar a ser lo que hoy es: la cabalgadura donde se montan y viajan otras señales como la del Internet, que es tal vez el salto tecnológico más espectacular de esta era. Hasta que ya no se necesitó siquiera el teléfono con las comunicaciones satelitales. En este tema hay novedades todos los días y quienes están en ese negocio son los hombres más ricos del planeta. Hoy comienza una guerra sin cuartel entre China y Estados Unidos por el control internacional de la tecnología 5G que tiene características de velocidad en sus transmisiones increíbles. A pesar de estos gigantescos avances, apuesto a que apenas estamos asistiendo al parto de las nuevas comunicaciones.