La antigua Grecia, cuna del conocimiento y de la ciencia, tiene una historia plagada de leyendas. Entre muchas otras está la del filósofo presocrático Hipaso de Metaponto. Este señor nació en Metaponto, allá por los años 500 adC., al sur de la Italia actual, que entonces formaba parte de la Magna Grecia. Hipaso estudió mucho las matemáticas y se dice que probó la existencia de los números irracionales, precisamente cuando los discípulos de Pitágoras postulaban que los números racionales describían absolutamente toda la geometría del mundo. Blasfemia.

Este Hipaso rompió la regla del silencio revelando al mundo los números irracionales, con pruebas contundentes de su existencia, por lo que sus compañeros lo expulsaron de la escuela y erigieron una tumba con su nombre, lo que “demostraba que estaba muerto”. Pero hay muchas otras versiones de su muerte. Una de ellas dice que murió en un naufragio misterioso. Otras dicen que se suicidó como una forma de auto castigarse dejando en libertad a su alma para ir en busca de su purificación en otro cuerpo. Y otras versiones cuentan que fue asesinado por los pitagóricos porque Pitágoras lo condenó a muerte. Vaya novela griega.