El Rusiagate en EU:
El proyecto de ley para imponer más sanciones a Rusia y a Irán que aprobó el Senado de Estados Unidos la semana pasada, ahora está estancado en la Cámara de Representantes. El proyecto de ley se aprobó en el Senado en una sesión frenética en donde los principales patrocinadores pugnaban por mostrarse cada cual más macarthista que el otro para "castigar a Rusia y a irán". Pero el Secretario de Estado, Rex Tillerson, le había advertido al Senado que no la aprobase porque eso obstaculizaría el proceso de acercamiento diplomático con Rusia, y desde entonces la Casa Blanca ha estado tratando de detenerlo o de suavizarlo en la Cámara de Representantes.
El martes 20, los líderes republicanos de la Cámara encontraron una forma de pararlo: es anticonstitucional. Como lo reseñó Bloomberg News, "el presidente de la Comisión de Medios y Arbitrios, Kevin Brady, representante de Texas, dijo que los dirigentes de la Cámara llegaron a la conclusión en consulta con el parlamentario, que la legislación S. 722, viola la cláusula de origen de la Constitución, la cual exige que las leyes para aumentar el ingreso fiscal se debe originar en la Cámara".
Aunque Brady le hace un "saludo a la bandera" a la propuesta del Senado, cuando dice que "yo apoyo firmemente las sanciones contra Irán y Rusia para que rindan cuentas" y que "estamos dispuestos a trabajar con el Senado en este proceso, pero el proyecto final y la redacción final viola la cláusula de origen de la Constitución". Dijo también que la Cámara no va a elaborar un proyecto propio, sino que más bien va a esperar a que el Senado apruebe uno diferente que evite los problemas constitucionales.
Pero los senadores demócratas farisaicos no se la creyeron; el líder de la minoría demócrata en el Senado, el senador Chuck Schumer de Nueva York, quiso aparecer más macarthista que McCarthy, y declaró agresivamente que "los republicanos de la Cámara de Representantes están utilizando una excusa de procedimiento para ocultar lo que están haciendo realmente, encubrir al Presidente que ha sido demasiado suave con Rusia".
Otra cosa que es notable, es que ninguno de los bandos, ni demócratas ni republicanos, se ha referido a la furiosa reacción de los "aliados" de Estados Unidos, Alemania y Austria en particular, en contra de esa propuesta del Senado para ampliar las sanciones a Rusia.
