Un árabe cruzaba el desierto con todas las dificultades que ello significa. De pronto de topó con una lámpara extraña, la frotó y apareció un genio, quien le dijo:
_Gracias por liberarme, en pago te concederé un deseo, uno solo.
El árabe sacó del zurrón un mapa y le dijo: Deseo la paz para el Oriente Medio.
El genio le explicó que eso era imposible, pues esa región lleva miles de años en guerra, que es imposible pacificarla. Pídeme otra cosa más sencilla, le dijo.
El árabe se queda pensando un rato y le dijo:
_Bien, entonces deseo que mi país sea gobernado por una persona honesta, inteligente y que nunca mienta.
El genio se quedó pensando y le dijo: A ver déjame revisar ese mapa del Oriente Medio para que me ‘medio oriente’ de cómo encontrarle solución al milenario conflicto, eso es más sencillo que tu segunda petición.
Este viejo chiste popular (que no anda ‘des-orientado’ en la crítica política) me permite abordar el tema del Oriente Medio, pues pocas personas saben cuáles países lo integran.
Esto es debido a que su definición no es precisa y además puede cambiar, luego de que el término se acuñó apenas a inicios del siglo XX.
Oriente Medio comprende los estados del borde oriental del Mediterráneo, que son: Siria, Jordania, Líbano e Israel, más Irán e Iraq hacia el este, más toda la península arábiga hacia el sur y Egipto al oeste.
En ese árido paisaje se localiza el núcleo central de los árabes y el Islam.
Pero esta parte de la definición también es compleja, porque dentro del Oriente Medio hay musulmanes que no son árabes –como es el caso de los iraníes- y árabes étnicos que no son musulmanes, como por ejemplo, los libaneses, que el 53% son musulmanes, el 38% cristianos, el 7 % drusos.
Además, hay pueblos importantes que no tienen un país reconocido, como los kurdos y los palestinos.
Y en el otro extremo -en el mar Mediterráneo- se encuentra Israel, el bíblico país que ha reunido su población de muchos otros estados, con creyentes judíos, cristianos y musulmanes.
Israel tiene lugares como su capital Jerusalén -una joya de la civilización-, que reúne historia, belleza y ejemplo de coexistencia de las tres grandes culturas monoteístas.
Para darnos idea del problema, baste recordar que el excepcional estado de Israel proclamó su independencia el 14 de mayo de 1948, y para el día 15 -24 horas después- ya estaba siendo invadido por los ejércitos de Egipto, Siria, Líbano, Jordania e Irak, forzando la defensa militar de Israel para resguardar su recién recobrada patria ancestral.
Pues a pesar del tenso ambiente entre los estados vecinos, con destino a ciudades del Oriente Medio, el año pasado se incrementaron los viajes turísticos en un 52 por ciento.
