15/May/2024
Editoriales

El nivel del debate

 

Soy convencido de que nunca baja tanto el nivel de un debate como cuando alguien alza la voz. Y alzar la voz no es necesariamente subir el volumen auditivo, pues los insultos con sarcasmos hirientes se digan en el tono que sea, son palabras demasiado fuertes, y las palabras amorosas aunque se griten son agradables. El 27 de junio de 1860 se celebró la reunión anual de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia. Tomó la palabra Richard Owen, un anatomista famoso de la época, adversario del gran Darwin; denunció las pruebas a favor de la evolución del hombre a partir del mono, citando sus propios datos anatómicos (nuevos) sobre el cerebro de los simios. En la sala estaba el liberal Thomas Henry Huxley, el obispo de Oxford, Samuel Wilberforce, el más feroz representante de la reacción en aquel tiempo.

Y entre las casi mil personas asistentes al recinto del Museo de Historia Natural, estaban Hooker, Lubboc, sir Benjamín Brodie, residente de la Royal Society y médico de la reina y las más grandes personalidades científicas del mundo. Abrió Wilberforce _Si alguien que estuviera dispuesto a rastrear su ascendencia hasta llegar a un mono como abuelo ¿estaría dispuesto a rastrear hasta llegar a que su abuela fue una mona?. Huxley se puso de pie y dijo: “ante la pregunta de si preferiría a un pobre mono como abuelo, o a un hombre altamente dotado por la naturaleza y poseedor de grandes medios e influencia y que, sin embargo, utiliza dichas facultades y dicha influencia con el mero propósito de introducir el ridículo en una discusión científica seria, sin lugar a dudas que preferiría al mono. Carcajadas interminables entre la gente pusieron fin anticipada a la reunión.