18/Apr/2024
Editoriales

La globalización no es nueva

Durante un viaje a Estambul, mi esposa y yo deambulamos unos días por sus bulliciosas calles, que tienen casi 30 siglos de antigüedad. Nos sorprendió encontrarnos en un céntrico barrio céntrico con gente que se nos hacía conocida; rostros comunes que parecían regiomontanos, de raza caucásica, según la antigua clasificación del siglo XVIII.

 Aunque desde luego, por su historia de capital de tres imperios, hay ejemplares humanos de diversas razas y religiones. Musulmanes, judíos, y católicos conviven con un espíritu de tolerancia como parte de su cultura ecléctica y fronteriza entre Europa y Asia. Comimos tacos de trompo, alambres de filete, churros con azúcar y canela, bebimos zumo de naranja, de granada, y aprendimos de dónde viene buena parte de nuestra cultura. 

 No quiere decir que los turcos hayan venido a Nuevo León (aunque algunos otomanos eran turcos que sí migraron a nuestra tierra), menos los persas o los espartanos. Pero los llamados moros -que terminaron siendo españoles islámicos- eran habitantes del norte de África, de piel oscura, que conquistaron y vivieron casi ocho siglos en España y dejaron huella imborrable de su cultura. El mestizaje no indica que los turcos hayan sido moros, pero sí tienen mucho en común, como la religión musulmana y su gastronomía. No se sabe quién fue primero, pero hay mucha semejanza en sus culturas. Las llamadas a acudir a las mezquitas, son por medio de un hombre que canta cada dos horas y su cántico es parecido a las canciones populares españolas. Caló hondo su cultura, dejándoles los jardines y las acequias; el azúcar de caña, la canela, el comino, la mostaza, el azafrán, los churros, las albóndigas, y los frutos secos. En las ciencias y las artes, los números arábigos, el Álgebra, el Ajedrez, y las versiones árabes de las obras de Aristóteles, Arquímides, Hipócrates, Galeno y Platón, potenciaron su divulgación por toda Europa. Ya de segunda mano, los mexicanos recibimos parte de esa cultura al mezclarse el conquistador español con nuestros naturales. Con la globalización actual, todos influimos en todos, pues en el mundo árabe hay alimentos y hasta algunas costumbres autóctonas nuestras que por esos vaivenes del oleaje cultural, les han llegado. Como beber tequila, consumir aguacate y degustar tacos en tortilla de maíz. Por eso creo que la globalización no es nueva.