Afganistán vivió en 2016 el año más mortífero para su población desde que la ONU empezó a contabilizar las víctimas civiles en el país en 2009, debido a la intensificación de los combates y la consolidación del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en su territorio.
Cerca de 11.500 civiles afganos murieron o fueron heridos en 2016, según el octavo informe de la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (Unama) presentado este lunes. Más de 3.500 niños figuran entre las víctimas, un balance que aumentó en un 24% en un año, indicó la Unama.
"Entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2016, la Unama registró 11.148 víctimas civiles (4.498 muertos y 7.920 heridos)", lo que representa un aumento general del 3% (+6% en los heridos).
A modo de comparación, la ONU registró menos de 6.000 víctimas civiles en su primer informe de 2009. Desde entonces, 24.841 civiles afganos murieron y 45.347 resultaron heridos.
"Este informe revela la cruel realidad del conflicto para los hombres, mujeres y niños afganos que, año tras año, siguen sufriendo sin tregua", declaró el representante especial del secretario general, Tadamichi Yamamoto, que instó a "todas las partes a tomar medidas inmediatas y concretas para proteger" a los civiles.
"Detened los combates en las zonas pobladas y los espacios civiles como las escuelas, los hospitales o las mezquitas", dijo.
- Bombardeos mortíferos -
La Unama registró un número récord de víctimas causadas por combates terrestres, así como "el peor balance de víctimas en operaciones aéreas desde 2009", indicó la directora de los derechos humanos de la misión de la ONU, Danielle Bell. Según la misma fuente, las fuerzas afganas son responsables del 43% de las víctimas.
Como la estrategia del Gobierno afgano y de sus aliados occidentales consiste en impedir por todos los medios que los insurgentes conquisten una capital provincial, los combates se libran en la periferia de los centros urbanos, en barrios residenciales.
AFP / Wakil KohsarLa directora de derechos humanos de la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (Unama), sostiene una copia del informe de víctimas civiles en el país afgano, en una rueda de prensa en Kabul, el 6 de febrero de 2017
Los ataques aéreos de los aviones afganos y estadounidenses causaron 590 víctimas civiles -250 muertos y 340 heridos- en localidades y viviendas donde había mujeres y niños.
Las fuerzas estadounidenses reconocieron el mes pasado haber causado "33 muertos y 27 heridos" durante los bombardeos que llevaron a cabo en el pueblo de Boz e Qandahari, cerca de Kunduz, si bien justificaron esa operación como una actuación en "legítima defensa".
La ONU da, por su parte, un balance de 32 muertos, incluidos 20 niños y seis mujeres, y de 36 heridos, 14 niños y nueve mujeres.
- Posible "crimen contra la humanidad" -
La ONU atribuye, sin embargo, la mayoría (el 61%) de las víctimas civiles a los "elementos antigubernamentales", principalmente a los talibanes pero también al grupo EI.
El número de víctimas del grupo EI se multiplicó por 10 en un año, indicó Bell. Sus atentados apuntaban sobre todo a la minoría chiita del país, especialmente en Kabul, por lo que la Unama considera que podrían tratarse de "crímenes contra la humanidad", por su carácter confesional.
En el conjunto de 2016, las víctimas civiles aumentaron en cinco de las ocho grandes regiones del país con un récord en el sur (1.056 muertos), donde la provincia de Helmand, primera área productora de opio en el mundo, es escenario de combates permanentes entre las fuerzas armadas y los talibanes, que conquistaron dos tercios de la zona.
La ONU también menciona otro impacto de la guerra sobre los civiles: los desplazamientos de la población que huye de los combates. El año pasado, cerca de 623.000 afganos tuvieron que abandonar sus casas, un 30% más que en 2015, según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés).