20/Apr/2024
Editoriales

Nuestra cultura neolonesa

Nuestra cultura neolonesa, además del conjunto de conocimientos, tradiciones y costumbres heredadas, entraña una vida llena de problemas, pero como generalmente encontramos soluciones para ellos, disfrutamos mucho de las recompensas que, afortunadamente también abundan. 

Una mañana fresca y el cielo aborregado; un aroma fuerte a flor de azahar; el desayuno de machacado con huevo, tortillas de harina y chile piquín del monte; unas migas con huevo y frijoles refritos con manteca de cerdo; los tacos de carnitas y de chicharrón; un par de tazas de café bien caliente; una noticia deportiva agradable; el fuego de leña seca colocada en forma cónica; un par de cervezas sudadas bien frías al mediodía; una buena dosis de mezcal de la sierra; unos nopalitos guisados con huevo y chile colorado; un par de agujas asadas con frijoles a la charra; unos tamalitos recalentados en comal, irrigados con una salsa picante roja; el asado de puerco; una gloria con nueces; la música de fara -fara en una noche de sábado; las  maldiciones dichas con gracia; una abundante lluvia nocturna; el olor del azahar; la suavidad de la piel de un niño; los automóviles cómodos; el corrido de Monterrey; una mujer guapa bailando con buen ritmo; las campañas políticas festivas; el clásico de fútbol; los chismes sabrosos; las aguas frescas de frutas naturales; los chicharrones de puerco; las tortillas de maíz infladas; los dulces de calabaza y de camote; la ropa informal; y un  fuerte abrazo fraternal sincero, son cosas que han merecido y merecen la aprobación de los habitantes de esta hermosa tierra llamada Nuevo León.