22/Nov/2024
Editoriales

Mayo 4 de 1913: muere en Monterrey, el ex gobernador general Lázaro de la Garza Ayala. Nació en el valle de San Pedro –hoy San Pedro Garza García- el 17 de diciembre de 1830.

Mayo 4 de 1913: muere en Monterrey, el ex gobernador general Lázaro de la Garza Ayala. Nació en el valle de San Pedro –hoy San Pedro Garza Garcí­a- el 17 de diciembre de 1830. Hijo de Patricio Rodrí­guez y Rosalí­a Garcí­a, pero tomó los apellidos del sacerdote Antonio de la Garza Ayala, quien le dio protección al quedar huérfano a temprana edad. Ingresa al Seminario de Monterrey e interrumpe sus estudios cuando llega la invasión norteamericana en 1846 y se suma a las fuerzas de defensa.

Partidario del plan restaurador de la libertad proclamado por Santiago Vidaurri en 1855, participa en combates contra los filibusteros norteamericanos que seguido vení­an a causar tropelí­as a la región. Cuando Ignacio Zaragoza se va a la ciudad de México con el presidente Juárez, Garza Ayala lo sustituye en la comandancia militar de Nuevo León, ya con el grado de comandante de artillerí­a. Llega la guerra de reforma, y Lázaro Garza Ayala, quien ya habí­a obtenido su tí­tulo de abogado en abril de 1859, se distancia de Vidaurri para, ese mismo año, sumarse al movimiento de los congresistas, movimiento que se apoyaba desde el propio Congreso del estado y que desde Galeana mantení­a un poder polí­tico alterno, a favor del gobierno juarista.

En uno de esos enfrentamientos, Garza Ayala fue prendido y cerca de ser fusilado en Saltillo pues Vidaurri estaba muy enojado con él, pero finalmente consigue el indulto. Se va con Ignacio Zaragoza y llega a ser su secretario particular durante el sitio y la batalla de Puebla del 5 de mayo de 1862. Se dice que es posible que él haya redactado –por órdenes de Zaragoza- el parte de guerra que llega a manos del presidente Juárez diciendo al iniciar: "Las armas nacionales se han cubierto de gloria...". Claro que en Coahuila está la versión de que el autor de la frase fue Manuel Blanco Múzquiz, ministro de guerra juarista, quien habí­a sustituido a Zaragoza en ese sitial.

Cuando las fuerzas mexicanas se rinden en Puebla tras 61 dí­as de sitio, el 17 de mayo de 1863, Garza Ayala cae preso pero consigue escapar y de inmediato se reincorpora al ejército republicano. Sus actuaciones durante esa etapa de la guerra contra los franceses, le valieron para ser ascendido a general. Una vez más cae prisionero y los franceses lo condenan a prisión en la Isla Martinica, donde estuvo preso por cinco meses.

Indultado otra vez, Lázaro Garza Ayala vuelve a México y en 1864 se vuelve a sumar al ejército de Benito Juárez durante su estancia en Monterrey, y es nombrado comandante militar de la ciudad, y jefe de la lí­nea del rí­o Bravo para la defensa de la frontera con Estados Unidos. Cuando el gobernador Ramón Treviño solicita licencia al Congreso, en noviembre de 1869 toma las riendas del estado en forma interina y en junio de 1872 vuelve a gobernar Nuevo León, tras la renuncia de Genaro Garza Garcí­a, con quien no tuvo buenas migas.

Le toca la muerte del presidente Juárez, y se distingue de los demás mandatarios del paí­s, al ordenar que todo servidor público portara una flor de tela negra en señal de luto. De nuevo en octubre 4 de 1887 toma protesta como gobernador del estado, pero ahora constitucional, y su administración impulsó la industria, la educación y las obras públicas. Exenta de impuestos a los inversionistas que crearan empresas industriales, o para la agricultura y la construcción. Al morir un dí­a como hoy de 1913, el palacio de gobierno se vio lleno de miles de nuevoleoneses que buscaban la forma de saludar por última vez a un militar que supo ganarse el cariño de su pueblo. Genaro Garza Garcí­a, Francisco Naranjo y Jerónimo Treviño, se hicieron presentes con sus grupos en las exequias. El abogado Lázaro de la Garza Ayala escribió en los periódicos locales y una obra llamada "Lecciones orales de legislación comparada", en 1887.