Según Pancho Villamelón, Andrés Roca Rey, el gran ¡TORERO del PERÚ!, sacudió con su alegría torera, sustentada en su valerosa e ilimitada entrega ¡en todas las plazas del mundo!, la modorra e indiferencia de una fiesta mexicana de toros, casi abandonada, castigada injustamente por las plagas neoliberales del animalismo irracional, los amparos truculentos y, ahora con las amenazas de un “destrampado”, aspirante a ser rey del mundo.

 Los aficionados y el público de la Monumental PLAZA MÉXICO, asistentes al festejo de aniversario 79 de la apertura del gran coso, gozaron sus dos faenas a los toros de Xajay: “Gamucita” y “Jefe Arana”, porque también el gran muletero andino las disfrutó jugándose la piel, a cada instante.

 Sus alternantes, Joselito Adame y Arturo Gilio, a pesar de su voluntad, no se pudieron sumar a esta jornada triunfal de Roca: dos orejas, en su primero y orejas y rabo con su segundo. Trofeos que, se quedaron cortos por el valor de la dimensión del torerismo del gran capote y muleta de Andrés.

 El ganadero, don Javier Sordo, acompañó en la salida a hombros a Roca, rodeado de aficionados y cargadores. ENHORABUENA!! al joven Maestro por recordarnos a los mexicanos el toreo verdad: valor, entrega y gran dominio de la técnica que lo convierten en un singular artista de los ruedos y nos hace olvidar los dolores y problemas de la vida constituida, también, por acciones valerosas, como se producen en el toreo.