LONDRES — La primera ministra británica Theresa May busca ganar el apoyo de los empresarios para negociar la salida de Gran Bretaña con la Unión Europea, pero sigue en rumbo de colisión con un grupo de legisladores que buscan destituirla.
El proyecto de acuerdo ha provocado una avalancha de críticas, en medio de la cual May brega por conservar su puesto.
En un discurso ante la Confederación de la Industria Británica, May dijo que el acuerdo del Brexit “cumple con los deseos del pueblo británico” de abandonar la UE al recuperar el control de las leyes, dinero y fronteras del Reino Unido.
La oficina de May confirmó el plan del gobierno de poner fin al derecho automático de los ciudadanos de la UE de vivir y trabajar en el Reino Unido y que la futura política de inmigración se basará en la capacitación, no en la nacionalidad.
“Ya no ocurrirá que los nacidos en la UE, independientemente de su capacitación o experiencia, podrán adelantarse en la fila a ingenieros de Sydney o creadores de informática de Nueva Delhi”, dijo May.
El acuerdo sellado la semana pasada entre Gran Bretaña y la UE después de un año y medio de tensas negociaciones ha enfurecido a los legisladores partidarios del Brexit en el Partido Conservador de May y provocado una crisis de conducción. Éstos quieren una ruptura total con el bloque y sostienen que las relaciones estrechas que pide el acuerdo convertirán a Gran Bretaña en un estado vasallo, sujeto a normas de la UE sin participar en su elaboración.
Dos miembros del gabinete, entre ellos el secretario del Brexit, Dominic Raab, renunciaron, y los rebeldes buscan reunir los votos de 48 legisladores necesarios para provocar un voto de confianza.
Uno de los rebeldes, Simon Clarke, exhortó el lunes a sus correligionarios vacilantes a provocar un desafío a la conducción.
“Para mí está muy claro que el capitán está llevando el buque hacia las rocas”, dijo Clarke.
Si sobrevive al reto, May aún debe conseguir que el Parlamento apruebe el acuerdo, pero sus conservadores no tienen la mayoría y no está claro que pueda convencer a un número suficiente de legisladores que lo respalden