17/May/2024
Editoriales

El origen del sistema solar

El matemático francés Pedro Laplace publicó en 1796 el libro Sistema del Mundo, que resume su hipótesis del proceso de formación del sistema solar, con el Sol en el centro y los planetas que giraban alrededor. 

 Según Laplace, el sistema solar nació como una vasta nube –nebulosa- de gas y polvo. La fuerza de gravedad actuó entre las partículas y la nube se encogió. Los movimientos aleatorios comenzaron la rotación, cuanto más rápido giraba la nube, más se encogía, hasta que se aplanó (a excepción de un centro abultado). En la nube había gas y polvo que se unían al azar formando grupos que crecieron rápidamente mediante la gravedad y colisiones con otros grupos hasta que alcanzaron tamaño de planetas, o incluso más grande. La acumulación mayor se convirtió en Sol, y los racimos más pequeños y alejados en planetas, lunas, y cometas que orbitaban alrededor del astro.

 Esta hipótesis explica muchas de las características de nuestro sistema solar. Por ejemplo, por qué todos los planetas que giran alrededor del sol lo hacen en un mismo plano y en la misma dirección –coincidiendo con la rotación del mismo sol-. 

 

 La hipótesis nebulosa ha sido puesta en tela de juicio en todo este tiempo, pero finalmente sigue siendo aceptada universalmente al no haber otra más convincente. En este libro, Laplace plantea la posibilidad de que un día nuestro planeta podría chocar con un cometa, y las consecuencias serían fatales. Pero mientras eso sucede, la verdad qué buena vida hay en nuestra casa común, pues ya somos 8 mil millones de seres humanos los que aquí vivimos.