10/Oct/2024
Editoriales

CRIMEN SIN CASTIGO

El año pasado los mexicanos nos distrajimos con los escándalos sucesivos de la Casa Blanca; la casa de Videgaray en Mamulique y acontecimientos de "alto impacto" como los crí­menes de Ayotzinapa o de Michoacán; la deuda del gobierno federal llego en junio de ese año a 7 billones 978 mil millones de pesos (mmdp), para terminar el año siendo de 8 billones 630 mddp en "su versión más amplia" según dijo la SHCP, cosa que el FMI desmintió al decir que el 2015 termino con una deuda total de 9 billones 380 mmdp, que representaba más del 51% del PIB.

En marzo del 2015, la deuda era "apenas" de 6 billones 774 mmdp. Es decir, la deuda creció en casi dos billones de pesos en solo un año, una cantidad que ningún polí­tico por más ambicioso que fuere podrí­a atraerse a soñar con "desviar" o "malversar". Para cubrir el servicio de esa deuda, en el 2015 se destinaron 748 mil millones de pesos según el último informe de la SHCP de ese año.

Esa cifra representa las ganancias netas de los bancos acreedores , la mayorí­a de ellos extranjeros y que han hecho de la deuda gubernamental su mejor negocio. Esa cifra de más de 748 billones es más del doble de lo que va a ser el presupuesto en 2016 para la Educación Publica que será de 302 mil millones de pesos y representando la mayor partida de todas en lo que se refiere a las secretarias de estado. El llamado gasto para "el combate a la pobreza" fue de solo 382, 382 millones de pesos. Por supuesto, ese gasto en intereses de la deuda es mucho muy superior a lo destinado al IMSS al que se le adjudicaron 544 mil millones de pesos monto que incluye las aportaciones de los trabajadores y patrones. A la secretaria de comunicaciones y transporte, en donde estarí­an realizándose las principales obras de infraestructura, solo se le asignó en el 2016 una sexta parte de lo que fue el servicio de la deuda, solo 105, 217 millones de pesos.

Así­ se consuma el crimen perfecto, la deuda descomunal que crece descomunalmente y desangra y destruye al paí­s y justo ante los ojos y las narices de todos y de todas los que claman "castigo a la corrupción" y "rendición de cuentas" de los polí­ticos poquiteros a quienes les tocan solo migajas dentro de la orgia del "dinero grande" de la oligarquí­a financiera.