Enero 10 de 1994: Ciento cincuenta mil personas se manifiestan en la ciudad de México a favor de la paz. Su leitmotiv era que el llamado "Ejército Zapatista de Liberación Nacional" con el subcomandante Marcos al frente, estaba en combate en contra del verdadero Ejército Nacional, en una insurrección que no buscaba el separatismo de Chiapas, sino supuestamente, la reivindicación de los pueblos indígenas de ese Estado.
La zozobra flotaba en el ambiente político y social de México, ya no digamos en el económico, pues el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá desató las pasiones de sus detractores, sino en lo político y social. Ese mismo día, el aspirante a candidato presidencial frustrado Manuel Camacho Solís fue nombrado por el presidente Carlos Salinas de Gortari como el Comisionado para buscar la paz en territorio chiapaneco, y al unísono es destituido el secretario de gobernación Patrocinio González Garrido, por haber asegurado que en Chiapas no había guerrilla, nombrando en su lugar el presidente Salinas, al prestigiado ex rector universitario Jorge Carpizo McGregor.
Se trata del inicio de un año por demás dramático, y el candidato del PRI a la presidencia de la república, Luis Donaldo Colosio Murrieta estaba batallando para que su campaña prendiera, debido a los intentos de desestabilización política nacional que veíamos en los titulares de los periódicos, en donde los rumores de golpes de estado y los secuestros de empresarios proliferaban.
Las grandes tragedias que ensombrecieron el cielo nacional cual nubarrones que presagian tormentas, se hicieron presentes. Y desafortunadamente algunas de ellas se concretaron, como el alevoso crimen del candidato priísta Colosio en el Estado de Baja California. Quienes vivimos de cerca esos momentos de gravedad política, aprendimos más en unos meses que en años de trabajo y estudio de la res pública. Hoy se advierte un ambiente social parecido, con la presencia de movilizaciones populares en contra de medidas fiscales draconianas que las redes sociales coadyuvan a propalar.